El la escena del metal colombiano tal vez resalta por la amplia variedad de personajes que lo componen, es como un bestiario de figuras mitológicas que sin duda podremos apreciar cada vez que vamos a un concierto ya sea en un bar o en un escenario más grande. Están las bandas y sus seguidores: los de black, los punkeros, los hardcoreros, hasta los esquivos industriales y los ruidosos trashers. Sin embargo, una de las figuras más escasas de ver en este profundo mar de seres es la del músico solitario. El guitarrista o el bajista que traen composiciones en las que llevan meses y meses trabajando en la seguridad de sus estudios, lejos del bullicio de las presentaciones. Son hombres y mujeres que, por ser tan pocos, emanan ese aire de calma y sabiduría, de paciencia, de saber escuchar. Así Es nuestro invitado de hoy. Eduardo JBP, un arquitecto convertido en guitarrista que tiene mucho que contar, una historia de esas que muchos hemos tenido que vivir y que siempre empieza con un viaje, con abandonar nuestros anhelos para ayudar a otros a conseguir los propios. Este es el viaje de Tato.