2 Samuel 1: No te alegres cuando Dios castigue a tu adversario.
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Descripción
2 Samuel 1: No te alegres cuando Dios castigue a tu adversario. 2 Samuel 1:1-12: Aconteció que después de la muerte de Saúl, cuando David había vuelto de la derrota...
mostra más2 Samuel 1:1-12:
Aconteció que después de la muerte de Saúl, cuando David había vuelto de la derrota de los amalequitas, David se quedó dos días en Siclag. Y al tercer día, he aquí que un hombre vino del campamento de Saúl, con su ropa rasgada y tierra sobre su cabeza. Al llegar a David, se postró en tierra e hizo reverencia. Y David le preguntó: —¿De dónde vienes?
Él le respondió: —Me he escapado del campamento de Israel.
David le preguntó: —¿Qué ha acontecido? Dímelo, por favor.
Él respondió: —El pueblo ha huido de la batalla. Muchos del pueblo también han caído y han muerto. Saúl y su hijo Jonatán también han muerto.
David dijo al joven que le informaba: —¿Cómo sabes que Saúl y su hijo Jonatán han muerto?
Y el joven que le informaba respondió: —Me encontré por casualidad en el monte Gilboa, y he aquí que Saúl estaba apoyado sobre su lanza y que los carros y los jinetes lo alcanzaban. Entonces Saúl miró hacia atrás y me vio, y me llamó. Yo dije: “Heme aquí”. Me preguntó: “¿Quién eres tú?”. Le respondí: “Soy un amalequita”. Y me dijo: “Por favor, ponte a mi lado y mátame; porque la agonía se ha apoderado de mí, pero mi vida está todavía en mí”. Entonces me puse a su lado y lo maté, porque sabía que él no podría vivir después de su caída. Luego tomé la diadema que tenía en su cabeza y el brazalete que llevaba en su brazo, y los he traído aquí a mi señor. Entonces David agarrando sus vestiduras las rasgó. Lo mismo hicieron todos los hombres que estaban con él. hicieron duelo, lloraron y ayunaron hasta el anochecer por Saúl y por su hijo Jonatán, por el pueblo del SEÑOR y por la casa de Israel; porque habían caído a espada.
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Hoy comenzamos el segundo libro de Samuel que continúa la historia de Saúl y David.
En este capítulo vemos el momento cuando David recibe la noticia de que Saúl y su mejor amigo Jonatán han muerto. También se enteró que muchos del pueblo huyeron despavoridos de sus ciudades al ver que el ejército y su gente fueron derrotados y asesinados. Esto fue una gran derrota para Israel pero la mayor tragedia fue cuando Saúl y sus hijos murieron en la batalla.
David se conmovió mucho porque tenía un corazón lleno de compasión. Era un hombre íntegro, con convicciones firmes y demostraba ser noble, caballeroso y honorable.
Un hombre quiso buscar honores delante de David al hacerse pasar por el que quitó la vida a Saul. Posiblemente estuvo cerca cuando Saúl se suicidó pero le dijo a David que él había sido el que le dio el último golpe. David se enfureció, pues él tenía una fuerte convicción de que nadie debía tocar al ungido del Señor sin sufrir las consecuencias.
El hombre fue juzgado en vez de ser recompensado. Ese hombre tal vez no supo que David pudo haber hecho eso en dos ocasiones y no lo hizo por el gran respeto a la voluntad de Dios.
David juzgó a ese hombre por su insolencia, su atrevimiento y su vanagloria, mostrando respeto al rey caído. Además, demostró su genuino dolor al rasgarse las vestiduras, llorando y ayunando en señal de tristeza profunda.
Esto fue un gran ejemplo para el pueblo al ver a David que no se alegraba del dolor de su adversario, a pesar de que Saúl lo merecía.
Espero que también podamos seguir este ejemplo, que seamos un modelo para nuestra familia de personas que no guardan rencor, que no se alegran del sufrimiento de aquellos que en el pasado trataron de hacernos daño.
Recordemos este consejo en Proverbios 24:17-18: “No te alegres cuando caiga tu enemigo; y cuando tropiece no se regocije tu corazón, no sea que lo vea el SEÑOR y le desagrade, y aparte de él su enojo."
Es cierto que Dios hace justicia pero no debemos burlarnos o alegrarnos cuando Dios nos defiende trayendo castigo sobre los adversarios. No solo debemos dar gracias a Dios por protegernos, por devolvernos la honra, también debemos pedir misericordia por aquellos que han caído de la gracia de Dios.
El apóstol Pablo nos aconseja sobre esto en Romanos 12:17-21 "No paguen a nadie mal por mal. Procuren lo bueno delante de todos los hombres. Si es posible, en cuanto dependa de ustedes, tengan paz con todos los hombres. Amados, no se venguen ustedes mismos sino dejen lugar a la ira de Dios, porque está escrito: Mía es la venganza; yo pagaré, dice el Señor. Más bien, si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; y si tiene sed, dale de beber; pues haciendo esto, carbones encendidos amontonarás sobre su cabeza. No seas vencido por el mal sino vence el mal con el bien.”
Soy Eduardo Rodríguez.
🇺🇲
2 Samuel 1: Do not rejoice when God punishes your adversary.
2 Samuel 1:1-12:
Now it came to pass after the death of Saul, when David had returned from the slaughter of the Amalekites, and David had stayed two days in Ziklag, on the third day, behold, it happened that a man came from Saul’s camp with his clothes torn and dust on his head. So it was, when he came to David, that he fell to the ground and prostrated himself.
And David said to him, “Where have you come from?”
So he said to him, “I have escaped from the camp of Israel.”
Then David said to him, “How did the matter go? Please tell me.”
And he answered, “The people have fled from the battle, many of the people are fallen and dead, and Saul and Jonathan his son are dead also.”
So David said to the young man who told him, “How do you know that Saul and Jonathan his son are dead?”
Then the young man who told him said, “As I happened by chance to be on Mount Gilboa, there was Saul, leaning on his spear; and indeed the chariots and horsemen followed hard after him. Now when he looked behind him, he saw me and called to me. And I answered, ‘Here I am.’ And he said to me, ‘Who are you?’ So I answered him, ‘I am an Amalekite.’ He said to me again, ‘Please stand over me and kill me, for anguish has come upon me, but my life still remains in me.’ So I stood over him and killed him, because I was sure that he could not live after he had fallen. And I took the crown that was on his head and the bracelet that was on his arm, and have brought them here to my lord.”
Therefore David took hold of his own clothes and tore them, and so did all the men who were with him. And they mourned and wept and fasted until evening for Saul and for Jonathan his son, for the people of the Lord and for the house of Israel, because they had fallen by the sword.
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Today we begin the second book of Samuel which continues the story of Saul and David.
In this chapter we see the moment when David received the news that Saul and his best friend Jonathan have died. He also learned that many of the people fled in terror from their cities when they saw that the army and their people were defeated and killed. This was a great defeat for Israel, but the greatest tragedy was when Saul and his sons were killed in battle.
David was very moved because he had a heart full of compassion. He was a man of integrity, with firm convictions and he proved to be noble, chivalrous and honorable.
A man wanted to seek honors in front of David by pretending to be the one who took Saul's life. He was possibly close when Saul committed suicide but he told David that he was the one who dealt the last blow. David was enraged, because he had a strong conviction that no one should touch the Lord's anointed without suffering the consequences.
The man was judged instead of being rewarded. That man perhaps did not know that David could have done that twice and he did not do it out of great respect for God's will.
David judged that man for his insolence, his daring and his vainglory, showing respect to the fallen king. In addition, he demonstrated his genuine pain by tearing his clothes, crying and fasting as a sign of deep sadness.
This was a great example for the people to see a David who did not rejoice in the pain of his adversary, despite the fact that Saul deserved it.
I hope we can also follow this example, that we be a model for our family of people who do not hold grudges, who do not rejoice in the suffering of those who in the past tried to hurt us.
Let us remember this advice in Proverbs 24:17-18: “Do not rejoice when your enemy falls, and do not let your heart be glad when he stumbles; lest the Lord see it, and it displease Him, and He turn away His wrath from him.”
It is true that God does justice but we must not mock or rejoice when God defends us by bringing punishment on the adversaries. We must not only thank God for protecting us, for returning our honor, we must also ask for mercy for those who have fallen from God's grace.
The apostle Paul advises us on this in Romans 12:17-21: “Repay no one evil for evil. Have regard for good things in the sight of all men. If it is possible, as much as depends on you, live peaceably with all men. Beloved, do not avenge yourselves, but rather give place to wrath; for it is written, “Vengeance is Mine, I will repay,” says the Lord. Therefore “If your enemy is hungry, feed him; if he is thirsty, give him a drink; for in so doing you will heap coals of fire on his head.” Do not be overcome by evil, but overcome evil with good.”
I am Eduardo Rodríguez.
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