La historia que tienen ante ustedes es acerca de estar dispuestos a perder el orgullo de uno para ganar más de lo que uno esperaba. Soy capitán de un barco de gran belleza y gloria. Su nombre es, por supuesto, Gloria Propia. Porque este barco es suficiente para dejar a cualquiera sin palabras de todos sus logros conmigo como capitán. El mar en el que estoy viajando es el mar conocido como Orgullo.

Muchos de los que han viajado por este mar pronto se acercan a un Remolino conocido como Desesperación y yo no soy una excepción. Cuando empiezo mi viaje, me despido de todos los que están en el puerto y me voy. Los vientos son una calma suave.

No espero lluvia ni tormentas. Así que levanto la cabeza con total arrogancia pensando que será un camino fácil por delante en el Mar del Orgullo.

De repente, en un momento, los vientos comenzaron a hacerse más fuertes y empiezo a temblar de miedo al ver la belleza de Gloria Propia al no poder manejar el poder del viento.

Entonces veo una fuerte lluvia que comienza a caer golpeando tan fuerte que la pintura roja, blanca y azul de Gloria Propia comienza a descascararse del barco.

Entonces lo peor estaba a punto de suceder. Siento y veo el Remolino de la Desesperación tirando de mí y de mi barco hacia abajo. Muchos de los que han pasado por el Remolino de la Desesperación han ido al fondo del mar.

Pocos han sobrevivido y viven para contar la historia de cómo lo lograron. Pero esto lo tenían todo en común, tenían que perderlo todo, incluido su barco, para ser salvados por el Señor del mar.

Muchos de los que sobrevivieron llamaron a este Señor del mar y no se sintieron decepcionados. Este que controla el mar, conoce a todos y estuvo entre nosotros por un tiempo. Y era tanto Dios como hombre.

Mientras me acerco al Remolino que me trajo a Desesperación. Cuyo nombre era Remolino de la Desesperación y al ver mi barco que era toda mi gloria romperse mientras se hundía en el fondo del mar, invoco al Señor y Dueño del mar. Jesús, Jesús, Jesús, sálvame del torbellino de la Desesperación.

Y escucho una voz que dice suelta el barco. Porque con una mano me agarraba para agarrar al que gobierna el mar y con la otra me agarraba volante de la nave que mueve el barco porque me resultaba Imposible dejar mi propia gloria y orgullo.

Una vez más, la voz dijo que sueltes el barco porque Gloria Propia con el Mar del Orgullo solo te hundirá más profundamente en el Remolino de la Desesperación.

Entonces dije Jesús, si lo pierdo todo, ¿dónde estaré? Entonces Jesús dijo: Déjalo ir para que yo te salve, necesito de todo usted porque la mitad no es suficiente".

Luego, con el corazón roto, las lágrimas pesadas y la mente en caos, dejé todo lo que había hecho para confiar en el amo y Señor del mar.

Cuando abro los ojos porque me cegó el Remolino de la Desesperación, me veo en tierra, sano y salvo.

Y escucho la voz de mi Señor decir mira al mar que ya no es el Mar del Orgullo. Y mientras miro, por primera vez quedo asombrado, porque veo un barco más grande y mejor de lo que jamás fue Gloria Propia.

Ahora, como alguien que ha estado allí antes de que te pregunte, ¿estás dispuesto a perder tu orgullo y gloria para lograr algo mejor y más grande que Jesús puede traer y con ello no Desesperación?