Existen 2 clases de esclavitud:
El que es sometido (a la fuerza), donde usualmente existe el maltrato y el abuso, o el que es voluntario (servidumbre), cuando alguien hace un trato para trabajar para poder pagar una deuda y sostener su familia. Al pagar la deuda el esclavo (siervo) se somete porque no quiere dejar ese lugar donde le han tratado como parte de la familia y donde ha prosperado.

Cuando los esclavos fueron emancipados y liberados, no sabían donde ir. Su libertad les trajo problemas. Unos regresaron a su lugar de abuso y otros recibieron la propuesta de señores que les ofrecían el mismo trabajo pero con diferentes y mejores condiciones.

Eres esclavo de quién? No se puede estar en el medio.
De estar esclavizados por el pecado, Jesús nos trajo libertad. ¿Pero qué hacer con esa libertad? Volver a servir en lo mismo o buscar un nuevo lugar? Jesucristo nos ofrece un mejor trato, mayores beneficios y un verdadero propósito para nuestras vidas.
La forma de pago del pecado es la muerte. El regalo que nos da Dios es vida eterna! Romanos 6.23
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Romanos 6
15 ¿Entonces, qué? ¿Pecaremos porque no estamos bajo la ley sino bajo la gracia? ¡De ninguna manera! 16 ¿Acaso no saben ustedes que, si se someten a alguien para obedecerlo como esclavos, se hacen esclavos de aquel a quien obedecen, ya sea del pecado que lleva a la muerte, o de la obediencia que lleva a la justicia? 17 Pero gracias a Dios que, aunque ustedes eran esclavos del pecado, han obedecido de corazón al modelo de enseñanza que han recibido, 18 y una vez liberados del pecado llegaron a ser siervos de la justicia.