Desde aquel 5 de marzo de 2013, fecha de la desaparición física del Gigante de Sabaneta, nació el legado de un hombre que no solo vibró en cada uno de los rincones del país, sino que también logró a través de sus obras y su sobresaliente pensamiento revolucionario una proyección Socialista en el escenario internacional.
El Comandante Eterno, fue un hombre que transformó sus pensamientos visionarios en obras, y logró una proyección mundial con su carisma, conocimientos, y alto grado de conciencia social; demostró que el amor del pueblo es la fuerza más grande que tuvo, ya que a pesar de las adversidades que se le presentaron, el pueblo no podía ser defraudado, y por ende luchó incansablemente para cumplir ese sueño de libertad.