SATISFACCIÓN INMEDIATA: PANTALLAS Y ALGO MAS

Conversando con un joven, él reconocío el peligro que para él tiene la búsqueda de la satisfacción inmediata. Eso me motivó a hacer este mini-episodio, en el medio de las entrevistas.

Yo suelo llamar a esto, “placercitos”.
¿Dónde los encontramos? ¡Entre otras fuentes, en las pantallas!
Especialmente las que sostenemos en nuestras manos. Tambien por otras vías, sexo, sustancias químicas, en el consumo... Pero los contenidos accesibles en pantallas siempre están. Y con una ventaja sobre las otras fuentes: pueden ser ininterrumpidos.

¿Es algo nuevo?
Por supuesto que no.
La diferencia es su proliferación. Y que gracias a esa proliferación, además nos podemos transformar en dependientes, buscadores obsesivos de “placercitos”.

Aunque, por supuesto, la contracara de de la misma es el acortamiento de nuestros plazos y la lenta
(o no tanto) disminución de nuestra potencia vital. La perdida de posibilidades de buscar otros niveles de satisfacción. Menos pasivos.


A modo de comentario: en el siglo XVIII China tenía un comercio muy superavitario con Inglaterra. Como forma de contrarrestar esa pérdida de plata (la divisa de entonces) el Imperio Inglés comenzó a exportar opio ilegalmente hacia China.
Satisfacción inmediata.
Y tuvo mucho éxito. Fue el momentáneo éxito muy masivo de una mercancía orientada a la satisfacción inmediata.

¿En qué encontramos satisfacción inmediata? En videitos, en información que confirma nuestras creencias y prejuicios. En ratificar el mundito que nos construimos. ¿O que han construido para nosotros? Consumidores/consumidos.

¿Cuanto tardás en difundir un texto o información que confirma lo que creés saber? ¿Cuanto te cuesta hacerlo?

Satisfacción inmediata. Sin esfuerzo.

Pero tal vez, algo del antídoto también se encuentre en la pantallita.

Te sugiero que pongas en el buscador “Sal de la Máquina” “Sergio Legaz” (no te voy a dar el link). Y hay mas, pero será para otro episodio.