En los videojuegos o en los juegos de rol, es frecuente que los jugadores tengan que luchar contra diversidad de obstáculos y enemigos para conseguir algún tesoro. Normalmente este tesoro es muy evidente. Tiene forma de tesoro. El anciano sabio nos habla de él y los envía a buscarlo. Hay otros aventureros tratando de conseguirlo. En la vida real también tenemos cofres del tesoro. Tanto las organizaciones como las personas tienen la oportunidad de ir tras algún cofre lleno de riquezas inmensas. El único problema es que, a diferencia de los juegos, la vida real no pone los cofres del tesoro con forma de cofre. Tampoco los resalta en el mapa ni los imprime en la ilustración de la caja. En cambio, la vida nos pone en el tablero de juego sin ninguna pista de cuál es el tesoro que buscamos. La vida (o el mercado) nos deja a nosotros la tarea de identificar (o inventar) nuestro propio tesoro tras el cual ir. De esto habla hoy el Podcast de la innovación.