En este episodio hablamos del padre de todo esto, el compositor alemán Johann Sebastian Bach. Y para ello nos introduciremos en una serie de composiciones que han marcado un hito dentro del repertorio para un instrumento solo. Estas composiciones son las famosas Suites para violonchelo solo, que al igual que las partitas y las sonatas para violín solo, son probablemente las obras más interpretadas para su instrumento en formato solo a lo largo de la historia de la música.
En el Catálogo de Bach, el Bach-Werke-Verzeichnis o BWM, las Suites están clasificadas desde el número 1007 al 1012, y los expertos no se ponen de acuerdo en sus años de composición. Por escritos se cree que pudo ser cuando Bach ejercía de maestro de capilla en la corte del príncipe Leopoldo de Anhalt-Cöthen.
Hasta esta época, el violonchelo era considerado como un instrumento de acompañamiento en el ecosistema orquestal barroco, y habitualmente era la viola de gamba, instrumento que hoy en día no se utiliza en las orquestas modernas, el instrumento de un formato similar que recogía los solos. Fue Bach el que por primera vez otorgó un papel protagonista el primitivo violonchelo, el llamado en italiano basso di viola da braccio, esto es en español el bajo de viola de brazo, a pesar de que no se apoyara el el brazo como la familia de cuerda del violín.
Todas las suites siguen un esquema de 6 movimientos divididos en Preludio, Allemande (danza), Courante, Sarabanda, Menuetto o Bourrée (dependiendo del número de suite) y la Giga final.
En este programa tendremos la oportunidad de escuchar la Suite núm. 2 para violonchelo, tocada aquí en una transcripción para viola por la violista Weronika Dziadek, estudiante polaca de la Escuela Superior de Música Reina Sofía, el pasado 4 de diciembre en el Auditorio Sony de Madrid.