Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, cientos de líderes y soldados nazis fueron condenados a muerte o a largas sentencias de prisión. Pero quizá los casos más interesantes, no fueron los que huyeron o encarcelaron, sino aquellos que fueron "liberados": científicos, médicos e ingenieros, a quienes les retiraron los cargos de crímenes de guerra a cambio de aportar los experimentos creados durante la guerra a las fuerzas americanas. A esto se le conoce como la Operación Paperclip.