Los sentidos del perro, incluyendo el sentido del equilibrio, pueden aportar una emocionalidad inmediata, muy similar a la que generan otras emociones. Estimulándolos con técnicas adecuadas potenciaremos capacidades y habilidades emocionales que harán al perro más seguro, más estable, más saludable y más feliz.

La estimulación sensorial es un emulador emocional: permite activar estados emocionales que funcionan prácticamente de la misma manera que otros que deseamos mejorar, pero de forma sustancialmente más segura por el tipo de respuesta que provoca en el perro.

Por ejemplo: cuando perdemos el equilibrio sentimos una emoción muy similar a cuando algo nos asusta de golpe, pero respondemos de forma muy diferente, en lugar de huir, agredir o bloquearnos, automáticamente buscamos reequilibrarnos de manera proactiva, sintiéndonos seguros y calmados de forma inmediata al lograrlo. Con la estimulación sensorial podremos exportar esa seguridad y esa calma a la situación original que asustaba a nuestro perro. Además, usando estimulación sensorial no solo mejoraría el miedo en una situación o estímulo concretos, sino de forma general.

Gestionar y superar el miedo en el momento en el que gatilla de forma imprevista e intensa, como al perder el equilibrio, es algo que no suele trabajarse con sistemas tradicionales, porque no tienen cómo hacerlo, pero a través de la estimulación sensorial no solo es posible y seguro ¡¡puede llegar a ser MUY divertido!!

La estimulación sensorial complementa, acelera y completa el trabajo que conoces, porque permite mejorar los aspectos más peliagudos de la emoción problemática.