Episodio 1 - Meditación católica: Salmo 31

3 de oct. de 2022 · 15m 57s
Episodio 1 - Meditación católica: Salmo 31
Descripción

Meditación católica guiada en cuatro pasos Tomada del libro LA MEJOR PARTE, del P. John Bartunek, L.C. | Meditación en base a textos del padre Ignacio Larrañaga 1. Concéntrate (Oración...

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Meditación católica guiada en cuatro pasos

Tomada del libro LA MEJOR PARTE, del P. John Bartunek, L.C. | Meditación en base a textos del padre Ignacio Larrañaga


1. Concéntrate (Oración inicial y petición)
2. Reflexiona (Evangelio del día)
3. Conversa (Diálogo con Cristo)
4. Comprométete (Propósito)
Paso 1. Concéntrate
• Aparta tu atención de las cosas externas y de tus preocupaciones, ponte en la presencia de Dios. Haz un acto preparatorio de fe, esperanza y amor.

Señor, sé que estás aquí y que nunca me dejas. Tú eres fiel. Gracias Señor por estar aquí. Gracias por todos los dones que me has dado: la vida, mi fe católica, mi vocación. Oh, Señor, tú eres rey eterno y me has hecho ciudadano de tu Reino. Sólo ahí seré feliz. Y eso es lo que deseo, ser feliz. Para eso me has creado y por eso mi espíritu me impulsa hacia Ti. Sé que nunca dejas de llamarme para que esté más cerca de Ti. Guía mis pensamientos esta mañana, llena mi corazón de amor por Ti, fortalece mi fe. Te ofrezco esta pequeña oración para glorificarte y para que tu Reino se extienda. Te pido que me ayudes a aumentar la virtud de la paciencia en mi corazón, mientras paso este tiempo meditando en tu palabra. Enséñame a ser manso y humilde de corazón como Tú eres.-
Paso 2. Reflexiona
Salmo 31 (30)


ORACIÓN CONFIADA EN UN MOMENTO DE ANGUSTIA

1 Del maestro de coro. Salmo de David.

Súplica inicial

2 Yo me refugio en ti, Señor,
¡que nunca me vea defraudado!
Líbrame, por tu justicia;
3 inclina tu oído hacia mí
y ven pronto a socorrerme.
Sé para mí una roca protectora,
un baluarte donde me encuentre a salvo,
4 porque tú eres mi Roca y mi baluarte:
por tu Nombre, guíame y condúceme.

5 Sácame de la red que me han tendido,
porque tú eres mi refugio.

6 Yo pongo mi vida en tus manos:
tú me rescatarás, Señor, Dios fiel.

7 Yo detesto a los que veneran ídolos vanos
y confío en el Señor.

8 ¡Tu amor será mi gozo y mi alegría!
Cuando tú viste mi aflicción
y supiste que mi vida peligraba,
9 no me entregaste al poder del enemigo,
me pusiste en un lugar espacioso.

Descripción de los peligros

10 Ten piedad de mí, Señor,
porque estoy angustiado:
mis ojos, mi garganta y mis entrañas
están extenuados de dolor.

11 Mi vida se consume de tristeza,
mis años, entre gemidos;
mis fuerzas decaen por la aflicción
y mis huesos están extenuados.

12 Soy la burla de todos mis enemigos
y la irrisión de mis propios vecinos;
para mis amigos soy motivo de espanto,
los que me ven por la calle huyen de mí.

13 Como un muerto, he caído en el olvido,
me he convertido en una cosa inútil.

14 Oigo los rumores de la gente
y amenazas por todas partes,
mientras se confabulan contra mí
y traman quitarme la vida.

Expresión de confianza

15 Pero yo confío en ti, Señor,
y te digo: "Tú eres mi Dios,
16 mi destino está en tus manos".
Líbrame del poder de mis enemigos
y de aquellos que me persiguen.

17 Que brille tu rostro sobre tu servidor,
sálvame por tu misericordia;
18 Señor, que no me avergüence
de haberte invocado.
Que se avergüencen los malvados
y bajen mudos al Abismo;
19 que enmudezcan los labios mentirosos,
los que profieren insolencias contra el justo
con soberbia y menosprecio.

Acción de gracias por la liberación

20 ¡Qué grande es tu bondad, Señor!
Tú la reservas para tus fieles;
y la brindas a los que se refugian en ti,
en la presencia de todos.

21 Tú los ocultas al amparo de tu rostro
de las intrigas de los hombres;
y los escondes en tu Tienda de campaña,
lejos de las lenguas pendencieras.

22 ¡Bendito sea el Señor!
Él me mostró las maravillas de su amor
en el momento del peligro.

23 En mi turbación llegué a decir:
"He sido arrojado de tu presencia".
Pero tú escuchaste la voz de mi súplica,
cuando yo te invocaba.

24 Amen al Señor, todos sus fieles,
porque él protege a los que son leales
y castiga con severidad a los soberbios.
25 Sean fuertes y valerosos,
todos los que esperan en el Señor.
Paso 3. Conversa
• La oración nunca es pasiva ni exhaustiva. Tú recibes la verdad y la gracia de la revelación de Dios y das tu propia respuesta, conversas con Dios de corazón a corazón, y esto, es el alma de la meditación.

Mi amado Señor, Tú eres el centro del universo y tienes el control de todas las cosas. Sé que tienes un plan para mi vida y que, cualquiera que éste sea, será lo mejor para mí, para mi familia, para la Iglesia. Tú me has creado para algo y deseas que lo haga. Quiero conocer tu plan sobre mí y seguirlo. Oh, Señor, soy tan débil. Me preocupo tanto cuando no puedo tener todo bajo control. ¿Por qué no me dices cuál es tu plan en vez de que trate de adivinarlo, me preocupe y luche para descubrir lo que quieres de mí? (Pausa para escuchar).
Tus caminos son misteriosos, pero Tú eres Dios, yo no. Mi parte consiste sólo en hacer todo lo mejor posible y en confiar en Ti para todo lo demás. Hoy, por lo menos, sé qué quieres que haga. Tengo mis obligaciones, y a pesar de que Tú sabes que preferiría eludirlos e irme a descansar, no lo haré. Trataré de hacerlos lo mejor que pueda porque eso es lo que Tú quieres, Señor, y Tú siempre quieres lo que es mejor para mí. (Silencio para poder escuchar).
Paso 4. Comprométete
• Hacia el final de la meditación hay que concluir y renovar tu compromiso con la misión que Dios te ha dado. Este paso es el puente entre la oración y la acción.

• Si puedes enlaza este compromiso con las tareas específicas de tu día. Algunas veces el Espíritu Santo te impulsará a un acto concreto de caridad (visitar a un enfermo) o de autocontrol (pedir disculpas).
• Termina tu meditación renovando tu compromiso con Cristo y, si te ayuda, dedica un tiempo a escribir las luces que Dios te inspiró durante la meditación y agradéceselas
Termina con una oración vocal breve como el padrenuestro o el avemaría.
Señor, te prometo que no discutiré hoy. Quiero que mi sinceridad y gentileza reflejen las tuyas. Ayúdame a ser más como Tú.
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Información
Autor Ángeles Pérez Garcías
Organización María de los Ángeles Pérez
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