A ver, antes de que nadie se tense: para nosotros Maradona no fue más que un personajón de esos con los que te ríes de lejos y ya. Que se haya metido más droga de la que cabe en un almacén de Ikea nos da igual y nos horrorizan las imágenes de maltratador emputecido que hemos visto por ahí. Este programa no va de eso. Este programa va de que los dos estamos casados con argentinas (¿Casualidad? No lo creo) y la muerte de Maradona ha supuesto un momento sociocultural relevante en nuestras familias y familias políticas hasta 72 horas después de su fallecimiento, pero nada más. Eso sí: Dieguito da para un especial porque es absurdo, histriónico, excesivo, cómico sin pretenderlo y concentra todas las cosas que amamos y odiamos en un cuerpo que acabó pareciéndose más al de una pelota que al de una leyenda.

Para hablar de la proyección de Maradona hemos contado con Natalia Flores, intelectual entertainer y feminista a tiempo completo, aunque aquí aparece en calidad de argentina desplazada. Dice que lloró al enterarse de la noticia. Argentina es así: inexplicable.

Las canciones que se escuchan son todas interpretadas por Maradona o hablan de Maradona. No vamos a dar más pistas.