Evangelio Del Día Martes 12 de Julio | Purifícame | Hoy en Oración
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Descripción
Evangelio Diario LITURGIA - 12 DE JULIO DE 2022 Ciclo C - Año II - Color Verde XV Semana del Tiempo Ordinario Liturgia de las Horas Tomo II III Semana...
mostra másLITURGIA - 12 DE JULIO DE 2022
Ciclo C - Año II - Color Verde
XV Semana del Tiempo Ordinario
Liturgia de las Horas Tomo II
III Semana del Salterio
Primera Lectura Isaías 7, 1-9
Salmo 47
Evangelio Mateo 11, 20-24
“¡Ay de ti!”
PALABRAS DEL SANTO PADRE
Hoy puede ser para nosotros un día de examen de conciencia», recomendándoles como un estribillo: “Ay de ti, ay de ti”, porque te di tanto, me di a mí mismo, te elegí para ser cristiano, para ser cristiana, y prefieres una vida a medias, una vida superficial: sí, un poco de cristianismo y de agua bendita, pero nada más. De hecho, cuando vivimos esta hipocresía cristiana, lo que hacemos es alejar a Jesús de nuestros corazones. Fingimos que lo tenemos con nosotros, pero lo hemos echado. Somos cristianos, orgullosos de ser cristianos, pero vivimos como paganos. (Homilía Casa Santa Marta, 5 octubre 2018)
Reflexión del Evangelio de hoy (Hna. Carmen Román Martínez O.P.)
Y se agitó su corazón como se agitan los árboles del bosque con el viento
La lectura del libro de Isaías nos sitúa en un tiempo de guerra. Damasco y Samaria han llegado a acuerdos y formado una coalición (siro-efraimita) contra Judá. Las causas no están claras, aunque la mayoría de las interpretaciones apuntan a que Acaz, rey de Judá, no ve con buenos ojos una alianza con Rasín, rey de Damasco y Pecaj de Samaría para sublevarse contra el poder de Asiria. Esto provoca que Damasco y Samaria decidan declararle la guerra, deponerlo y nombrar rey al “hijo de Tabeel”. Acaz atemorizado pide ayuda al rey Asirio lo que supondrá para Judá perder su autonomía y su esplendor.
En este momento histórico para Judá, un nuevo profeta es enviado al heredero de David. El Señor pedirá al profeta que no vaya solo: “Sal al encuentro de Acaz, con tu hijo Sear Yasub”. La presencia del niño o del joven vale cómo testigo, ya que su nombre significa “un resto volverá”, y de esta manera Isaías anticipará el anuncio de la liberación.
El oráculo de salvación comienza con el imperativo: “no temas”, no confíes solo en tus fuerzas físicas o militares, el Dios de Israel está con su pueblo, no abandona a su elegido. El Señor exhorta a través del profeta a la vigilancia y a la calma. Vigilancia frente al enemigo y también sobre uno mismo, para no desviarse de su camino; y calma frente a Dios, Él actuará, por ello hay que conservar la paz y ser pacientes. No se puede ir en contra de las promesas de Dios que ha puesto su mirada en la dinastía davídica. La frase final del oráculo es una síntesis teológica: “Si no creéis, no subsistiréis”. La Palabra de Dios es el punto de apoyo de la historia de la Salvación. La fe tiene que apoyarse en la Palabra de Dios que se cumplirá, frente a los planes humanos que no se cumplirán. Creer en el Dios de la vida es lo único que garantiza la vida verdadera y eterna.
¡Ay de ti, Corozaín, ay de ti, Betsaida! Y tú, Cafarnaúm
Estamos en el capítulo once del evangelio de Mateo, donde el evangelista después del discurso de misión abre una nueva sección en la que va a presentar distintas reacciones ante Jesús. Hasta ahora Jesús ha sido presentado como el Mesías poderoso en obras y palabras, que llama a sus discípulos y los envía a las ovejas perdidas de Israel. Las reacciones no se han hecho esperar, desde aquellos que han creído y desean seguirle a los que desconfían de él y lo han rechazado. En esta sección, Mateo propone a sus oyentes un paso más hacia Jesús, una opción por su persona cada vez más radical: ¿Es Jesús el Mesías esperado?
El evangelio de hoy nos presenta a tres de las ciudades de Galilea visitadas por Jesús, en las que ha realizado innumerables signos y ha predicado su palabra, sin embargo, todas ellas se obstinan y se niegan a convertirse, es decir, a volver su corazón hacia el Mesías.
Las dos primeras ciudades nombradas Corozaín y Betsaida (que ya no vuelven a aparecer en Mateo) han sido el escenario de muchos de los milagros de Jesús. Sin embargo, estas ciudades no se han convertido, no han creído en la predicación del Mesías. Ambas han escuchado su mensaje de conversión, y a diferencia del Sermón de la Montaña, donde el Maestro critica a los que ayunan y hacen manifestación pública de su penitencia, aquí echa de menos el sayal y la ceniza como símbolos de la conversión. Aún resulta más sorprendente la comparación con las ciudades paganas de Tiro y Sidón que nunca se convirtieron. Las palabras de Jesús no dejan lugar a dudas, si estas ciudades tan pecadoras (Is 24; Ez 26-28;Am 1,9-10) hubiesen presenciado los milagros de Jesús y escuchado sus palabras, se hubieran convertido al Señor. De ahí, la sentencia, habrá mayor benevolencia en el día final para Tiro y Sidón que para las dos ciudades de Galilea, testigos de la presencia de Jesús en medio de ellas.
La última ciudad es Cafarnaúm, “su ciudad”, lugar central de la actuación de Jesús. Aquí la acusación es diferente, este pueblo está henchido de orgullo: ¿pretendes encumbrarte hasta el cielo? Este encumbrarse hasta el cielo nos recuerda a Babel y a diversas manifestaciones idolátricas. En esta ocasión, Mateo la compara a Sodoma, ciudad soberbia y orgullosa que no dio la mano al pobre y al desgraciado (Ez 16,49). Aun así, si Sodoma hubiera visto los milagros de Jesús se hubiera convertido y se mantendría en pie. Todos necesitamos el camino de la conversión para que nuestra fe nos sostenga y nos mantenga vivos. La amenaza del castigo y la comparación con los pueblos paradigma del pecado es un recurso del profetismo para provocar un cambio. ¿Qué debe cambiar en mí para que la escucha de la palabra de Dios me lleva a la auténtica conversión? No basta con ser seguidor de Jesús, sino que hay que vivir como tal. Aquellas personas que hemos recibido su Palabra, la buena noticia del reino, somos testigos de los signos de su presencia en medio de nuestro mundo, debemos caminar en la humildad de quién ha recibido el don de conocer un poco más a Jesús de Nazaret e intentar vivir en dinámica constante de conversión.
LECTURA DEL DÍA
Lectura del libro de Isaías
Is 7, 1-9
Cuando Ajaz, hijo de Jotam, hijo de Ozías, reinaba en Judá, Rasón rey de Siria, y Pécaj, hijo de Remalías y rey de Israel, fueron a Jerusalén para atacarla, pero no lograron conquistarla.
Cuando al heredero de David le llegó la noticia de que los sirios acampaban en Efraín, se estremeció su corazón y el del pueblo, como se estremecen los árboles del bosque, agitados por el viento.
Entonces el Señor le dijo a Isaías: “Sal al encuentro de Ajaz con tu hijo Sear Yasub, donde termina el canal de la alberca superior, junto a la calzada del batanero, y dile: ‘Manténte alerta, pero tranquilo. No le tengas miedo a ese par de tizones humeantes; no te acobardes ante la cólera de Rasón, rey de Siria, y de Pécaj, rey de Israel. No importa que tramen tu ruina, diciendo: Ataquemos a Judá, sitiémosla, conquistémosla y nombremos rey de ella al hijo de Tabel’ ”.
Esto dice el Señor:
“Eso no llegará a suceder.
Damasco es la capital de Siria
y Rasón es el rey de Damasco;
Samaria es la capital de Efraín
y el hijo de Remalías es el rey de Samaria.
Pues bien, dentro de sesenta y cinco años
Efraín será destruido y dejará de ser pueblo.
Y si ustedes no creen en mí,
también irán a la ruina”.
EVANGELIO DEL DÍA
Lectura del santo evangelio según san Mateo
Mt 11, 20-24
En aquel tiempo, Jesús se puso a reprender a las ciudades que habían visto sus numerosos milagros, por no haberse arrepentido. Les decía:
“¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran realizado los milagros que se han hecho en ustedes, hace tiempo que hubieran hecho penitencia, cubiertas de sayal y de ceniza. Pero yo les aseguro que el día del juicio será menos riguroso para Tiro y Sidón, que para ustedes.
Y tú, Cafarnaúm, ¿crees que serás encumbrada hasta el cielo? No. Serás precipitada en el abismo, porque si en Sodoma se hubieran realizado los milagros que en ti se han hecho, quizá estaría en pie hasta el día de hoy. Pero yo te digo que será menos riguroso el día del juicio para Sodoma que para ti’’.
Oración
Tú, Señor, eres mi escudo, eres quien levanta mi rostro frente a mis adversarios y me da la victoria; tú, Señor, eres mi victoria y el que marcha al frente de la batalla. No temo ningún mal, aunque esté rodeado de dificultades y situaciones problemáticas que parecieran un ejército acampado contra mí; pues tú estás conmigo y tu vara y tu cayado me dan seguridad.
Acción
Hoy decido nunca más tomar el camino más fácil y transitado, nunca más tomaré el camino del más fuerte humanamente, nunca más tomaré el camino de la mayoría. Desde hoy, decido tomar el camino de la confianza en el Señor del cielo y de la tierra; el camino de la confianza absoluta en Jesús.
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