Evangelio Del Día Miércoles 25 de Enero | Conversión | Hoy en Oración
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Descripción
Evangelio Diario LITURGIA - 25 DE ENERO DE 2023 Ciclo A - Año I - Color Rojo III Semana del Tiempo Ordinario Liturgia de las Horas Tomo I III Semana...
mostra másLITURGIA - 25 DE ENERO DE 2023
Ciclo A - Año I - Color Rojo
III Semana del Tiempo Ordinario
Liturgia de las Horas Tomo I
III Semana del Salterio
Primera Lectura Hechos 22, 3-16
Salmo 116
Evangelio Marcos 16, 15-18
“Id al mundo entero y proclamad el Evangelio”
PALABRAS DEL SANTO PADRE
«Proclamad la Buena Nueva a toda la creación» (Mc 16,15), haréis maravillas. Y el Señor estará con nosotros hasta el fin del mundo. Él nos acompaña. En la transmisión de la fe, siempre está el Señor con nosotros. En la transmisión de la ideología habrá maestros, pero cuando tengo una actitud de fe que debe ser transmitida, es el Señor quien me acompaña. Nunca estoy solo en la transmisión de la fe. Es el Señor el que transmite la fe conmigo. Lo prometió: “Yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo” (cf. Mt 28,20). Pidamos al Señor que nos ayude a vivir nuestra fe de esta manera: fe de puertas abiertas, una fe transparente, no “proselitista”, sino que haga ver: “Yo soy así”. Y que, con esta sana curiosidad, ayude a la gente a recibir este mensaje que la salvará. (Homilía en Santa Marta del 25 de abril de 2020).
REFLEXIÓN DEL EVANGELIO DE HOY (Hna. Mari Cruz OP.)
¿Qué debo hacer, Señor?
Celebramos la fiesta de la conversión de San Pablo. Quién era Saulo de Tarso, cómo estaba educado, qué influencia tenía, con qué radicalidad y determinación perseguía a los cristianos y qué le ocurrió cuando iba camino de Damasco, lo hemos oído muchas veces.
Puede ser importante fijarnos hoy en el hecho de que iba de camino con un objetivo claro. De repente “algo” le interrogó; se paró, escuchó y preguntó. Fue rápido en la respuesta: ¿qué debo hacer Señor? El Señor le dijo quién era y lo que debía hacer y Pablo cambió de objetivo pero no de radicalidad.
A menudo nuestra historia de conversión no es tan impactante.
En el mundo en el que vivimos hoy, hay caminos que nos llevan a lugares donde Dios nos habla: lugares de sufrimiento con familias desestructuradas, emigrantes considerados ilegales, personas sin trabajo, mujeres vulnerables, jóvenes en la cárcel, personas enfermas y solas, pueblos en guerra…
Esas personas y los colectivos que luchan por ellas y con ellas son lugares que tenemos cerca, que nos cogen de camino, que nos llaman e interpelan.
Desde esas situaciones de sufrimiento e injusticia surgen distintas iniciativas, movilizaciones y luchas. En definitiva propuestas de cambio para nuestra propia conversión.
Pero hemos de andar por esos lugares y caminos y escuchar que es Dios quien nos llama y responder. Entonces, como Pablo, podríamos celebrar nuestra conversión.
Hacer esto conlleva unos cambios de forma de vivir, de forma de organizar nuestro tiempo, nuestro dinero, nuestra oración y nuestros gustos…
¿Estamos dispuestas?
Anuncio creíble
En el evangelio, Jesús nos dice que la tarea de la Iglesia -evangelizar-, no es exclusiva de nadie, ni va dirigida a grupos concretos, por muy entendidos que se consideren. Jesús envía a sus amigos al mundo entero para que sigan adelante con su misma misión: que todas las personas tengan vida, y vida en abundancia.
Está claro que para los que decimos haber recibido esa Buena Noticia, no la hemos recibido para tenerla escondida, sino para anunciarla; para compartirla, para comprometernos en irla realizando.
En el mismo evangelio de hoy Jesús nos dice que no es solo cosa de palabras y sermones. Y para que lo tengamos claro, El nos indica las señales que nos acompañarán si lo hacemos bien.
Nuestro mensaje ha de ser un anuncio de liberación, tanto para las personas como para los pueblos y los que lo acepten, se verán liberados del dominio de aquellas ideologías que proponen un modo de vida esclavo del consumo, insensible ante el sufrimiento ajeno, apegados al triunfo y al dominio.
Hablaremos lenguas nuevas cuando logremos romper las barreras que nos impiden comunicarnos y solucionar los conflictos, no con la prepotencia y las armas, sino con el diálogo respetuoso.
Y si vivimos el amor que Dios nos tiene a cada uno, y lo proclamamos, esto será fuente de Vida para todos, una Vida que vencerá a la enfermedad y la muerte.
Nuestro anuncio será creíble y sincero si va acompañado por acciones que traigan salvación, traigan más felicidad, más justicia y más dignidad para todos.
Lectura de los Hechos de los apóstoles
Hch 22, 3-16
En aquellos días, Pablo dijo al pueblo: “Yo soy judío, nací en Tarso de Cilicia, pero me crié aquí, en Jerusalén; fui alumno de Gamaliel y aprendí a observar en todo su rigor la ley de nuestros padres y estaba tan lleno de celo por las cosas de Dios, como lo están ustedes ahora.
Perseguí a muerte al camino cristiano, encadenando y metiendo en la cárcel a hombres y mujeres, como pueden atestiguarlo el sumo sacerdote y todo el consejo de los ancianos. Ellos me dieron cartas para los hermanos de Damasco y me dirigí hacia allá en busca de creyentes para traerlos presos a Jerusalén y castigarlos.
Pero en el camino, cerca ya de Damasco, a eso del mediodía, de repente me envolvió una gran luz venida del cielo; caí por tierra y oí una voz que me decía: ‘Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?’ Yo le respondí: ‘Señor, ¿quién eres tú?’ Él me contestó: ‘Yo soy Jesús de Nazaret, a quien tú persigues’. Los que me acompañaban vieron la luz, pero no oyeron la voz del que me hablaba. Entonces yo le dije: ‘¿Qué debo hacer, Señor?’ El Señor me respondió: ‘Levántate y vete a Damasco; allá te dirán todo lo que tienes que hacer’. Como yo no podía ver, cegado por el resplandor de aquella luz, mis compañeros me llevaron de la mano hasta Damasco.
Allí, un hombre llamado Ananías, varón piadoso y observante de la ley, muy respetado por todos los judíos que vivían en Damasco, fue a verme, se me acercó y me dijo: ‘Saulo, hermano, recobra la vista’. Inmediatamente recobré la vista y pude verlo. Él me dijo: ‘El Dios de nuestros padres te ha elegido para que conocieras su voluntad, vieras al Justo y escucharas sus palabras, porque deberás atestiguar ante todos los hombres lo que has visto y oído. Y ahora, ¿qué esperas? Levántate, recibe el bautismo, reconoce que Jesús es el Señor y queda limpio de tus pecados’ ”.
EVANGELIO DEL DÍA
Lectura del santo Evangelio según san Marcos
Mc 16, 15-18
En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo: “Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a toda creatura. El que crea y se bautice, se salvará; el que se resista a creer, será condenado. Éstos son los milagros que acompañarán a los que hayan creído: Arrojarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos, y si beben un veneno mortal, no les hará daño; impondrán las manos a los enfermos y éstos quedarán sanos”.
Oración
Señor Jesús, que invitas a todo hombre y mujer a seguirte para poder gozar de tu presencia y amor eternamente, haz que veamos con claridad que esa invitación es también un llamado a llevar una vida semejante a la tuya en el servicio a los demás y en la fidelidad a Dios para que así, podamos merecer esa vida que has ganado para nosotros en tu cruz.
Acción
Trabajaré de tal modo, que sea consciente que cada acción que realizo me acerca a la vida eterna que Jesús me da.
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