Evangelio Del Día Sábado 1 de Julio | Tu Fe Te Ha Sanado | 5 Minutos de Oración en el Hogar
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Descripción
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Evangelio Diario
LITURGIA - 01 DE JULIO DE 2023
Primera Lectura Génesis 18, 1-15
Lucas 1
Evangelio Mateo 8, 5-17
OFRECIMIENTO (Si la oración se hace en la mañana):
Nos ponemos en tu presencia Dios bondadoso y Padre nuestro. Te agradecemos que nos hayas dejado empezar el presente día pues despertamos una vez más al conocimiento de nuestra propia existencia que tu amor nos concede y sostiene. El saber que existimos es el don más grande de tu bondad. ¿De qué nos serviría existir ante tu presencia si no estuviéramos conscientes de ello? Además, nuestra vida está profundamente unida a la tuya por el gran amor del cual nos has hecho participar. De tu amor no podemos dudar. Es el nuestro hacia ti el que falla con mucha frecuencia. Nos disponemos ante la grandeza de tu majestad a los Cinco Minutos de Oración. Te pedimos que des fuerza a la debilidad de nuestra mente y enciendas el fuego de tu amor en nuestros corazones. Padre Nuestro…
OFRECIMIENTO (Si la oración se hace en la tarde):
Estamos reunidos Señor para reconocer tu amor que nos sostiene en el don de la vida y para reconocer tu bondad que nos colma de beneficios. En las horas que ya pasaron disfrutamos tuvimos la oportunidad de hacer sentir tu amor y tu bondad a través de nuestra propia bondad, en todos aquellos que nos rodean, familiares y amigos y en nuestro mundo tan necesitado de ti y de tu amor. Este día fue un paso más hacia tu eternidad a la que nos llamaste desde el principio de nuestra existencia. Si lo aprovechamos, hemos guardado un tesoro. Si lo desperdiciamos, tenemos que redoblar nuestro amor en tu servicio. Que durante estos Cinco Minutos de Oración podamos olvidarnos de los intereses humanos, para estar atentos a tu amor y a tu palabra. Guía nuestros corazones por el camino de tu voluntad. Padre Nuestro…
PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO
Nosotros vamos por este camino para encontrar al Señor». Por lo tanto, en el período de Adviento «caminamos para encontrarlo. Encontrarlo con el corazón, con la vida; encontrarlo vivo, como Él es; encontrarlo con fe». En verdad, no es «fácil vivir con fe», «El Señor, en la palabra que hemos escuchad , se maravilló de este centurión. Se maravilló de la fe que tenía. Había hecho un camino para encontrar al Señor. Pero lo había hecho con fe. Por ello no sólo encontró al Señor, sino que sintió la alegría de haber sido encontrado por el Señor. Y éste es precisamente el encuentro que nosotros queremos, el encuentro de la fe. Cuando sólo nos limitamos a encontrar al Señor, «somos nosotros —pero esto digámoslo entre comillas— los “dueños” de este encuentro». Cuando, en cambio, «nos dejamos encontrar por Él, es Él quien entra dentro de nosotros» y nos renueva completamente. Y éste es precisamente el encuentro que nosotros queremos, el encuentro de la fe. Encontrar al Señor, pero dejarnos encontrar por Él. (Homilía Santa Marta, 2 diciembre 2013)
LECTURA DEL DÍA
Lectura del libro del Génesis
Gn 18, 1-15
Un día, el Señor se le apareció a Abraham en el encinar de Mambré. Abraham estaba sentado en la entrada de su tienda, a la hora del calor más fuerte. Levantando la vista, vio de pronto a tres hombres que estaban de pie ante él. Al verlos, se dirigió a ellos rápidamente desde la puerta de la tienda, y postrado en tierra, dijo: "Señor mío, si he hallado gracia a tus ojos, te ruego que no pases junto a mí sin detenerte. Haré que traigan un poco de agua para que se laven los pies y descansen a la sombra de estos árboles; traeré pan para que recobren las fuerzas y después continuarán su camino, pues sin duda para eso han pasado junto a su siervo".
Ellos le contestaron: "Está bien. Haz lo que dices". Abraham entró rápidamente en la tienda donde estaba Sara, y le dijo: "Date prisa, toma tres medidas de harina, amásalas y cuece unos panes".
Luego Abraham fue corriendo al establo, escogió un ternero y se lo dio a un criado para que lo matara y lo preparara. Cuando el ternero estuvo asado, tomó requesón y leche y lo sirvió todo a los forasteros. Él permaneció de pie junto a ellos, bajo el árbol, mientras comían. Ellos le preguntaron: "¿Dónde está Sara, tu mujer?" Él respondió: "Allá, en la tienda". Uno de ellos le dijo: "Dentro de un año volveré sin falta a visitarte por estas fechas; para entonces, Sara, tu mujer, habrá tenido un hijo".
Sara estaba escuchando detrás de la puerta de la tienda. (Abraham y Sara eran ya muy ancianos, y a Sara le había cesado su regla). Sara se rió por lo bajo y pensó: "Siendo yo tan vieja y mi marido un anciano, ¿podré experimentar el placer?"
Entonces el Señor le dijo a Abraham: "¿Por qué se ha reído Sara y ha dicho: '¿Será cierto que voy a dar a luz, siendo ya tan vieja?' ¿Acaso hay algo difícil para Dios? El año que viene, en el plazo señalado, volveré a visitarte, y Sara tendrá un hijo". Sara dijo entonces, asustada: "No me estaba riendo". Pero el Señor replicó: "No lo niegues; sí te estabas riendo".
EVANGELIO DEL DÍA
Lectura del santo evangelio según san Mateo
Mt 8, 5-17
En aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaúm, se le acercó un oficial romano y le dijo: "Señor, tengo en mi casa un criado que está en cama, paralítico, y sufre mucho". El le contestó: "Voy a curarlo".
Pero el oficial le replicó: "Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa; con que digas una sola palabra, mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes; cuando le digo a uno: '¡Ve!', él va; al otro: '¡Ven!', y viene; a mi criado: '¡Haz esto!', y lo hace".
Al oír aquellas palabras, se admiró Jesús y dijo a los que lo seguían: "Yo les aseguro que en ningún israelita he hallado una fe tan grande. Les aseguro que muchos vendrán de oriente y de occidente y se sentarán con Abraham, Isaac y Jacob en el Reino de los cielos. En cambio, a los herederos del Reino los echarán fuera, a las tinieblas. Ahí será el llanto y la desesperación".
Jesús le dijo al oficial romano: "Vuelve a tu casa y que se te cumpla lo que has creído". Y en aquel momento se curó el criado.
Al llegar Jesús a la casa de Pedro, vio a la suegra de éste en cama, con fiebre. Entonces la tomó de la mano y desapareció la fiebre. Ella se levantó y se puso a servirles.
Al atardecer le trajeron muchos endemoniados. Él expulsó a los demonios con su palabra y curó a todos los enfermos. Así se cumplió lo dicho por el profeta Isaías: Él hizo suyas nuestras debilidades y cargó con nuestros dolores.
ORACIÓN FINAL COMUNITARIA
Del 25 al 30 de Junio de 2023.
Hermanos, Dios ha querido que su único Hijo, fuera traspasado por nosotros en la cruz a través de la lanza del soldado. Oremos para que el Señor Jesús infunda en todos los hombres su gracia y su misericordia, y digámosle:
HAZ NUESTRO CORAZÓN SEMEJANTE AL TUYO.
Señor, que pongamos en ti nuestra fe y nuestra fuerza, pues nadie podrá llevar al mundo la luz si no vienes tú cada día a purificar las tinieblas del corazón del hombre.
HAZ NUESTRO CORAZÓN SEMEJANTE AL TUYO.
Señor, que todos sepamos ver en el Corazón de Cristo el signo más grande del amor del Padre por el mundo.
HAZ NUESTRO CORAZÓN SEMEJANTE AL TUYO.
Señor, que todos nosotros, tus hijos, necesitados del amor misericordioso del Padre experimentemos su fuerza de perdón y de redención.
HAZ NUESTRO CORAZÓN SEMEJANTE AL TUYO.
Señor, que los padres de familia sepan acoger y respetar la vida como un don de Dios y eduquen a sus hijos desde pequeños a practicar la generosidad hacia sus hermanos.
HAZ NUESTRO CORAZÓN SEMEJANTE AL TUYO.
Señor, que nuestro Santo Padre el Papa Francisco, como sucesor de Pedro, guíe al pueblo de Dios con solicitud paterna.
HAZ NUESTRO CORAZÓN SEMEJANTE AL TUYO.
Señor, para el hombre que confía en ti, tú transformas los gritos de dolor en cantos de alegría y esperanza.
HAZ NUESTRO CORAZÓN SEMEJANTE AL TUYO.
Señor, nos hemos extraviado en nuestra soberbia y hemos creado un mundo sin esperanza ni alegría: ¡Que tu misericordia, descienda sobre nosotros!
HAZ NUESTRO CORAZÓN SEMEJANTE AL TUYO.
Se pueden agregar otras peticiones.
OREMOS: Padre santo, concédenos ser renovados interiormente por tu Espíritu y conocer el amor de Jesús, tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos. AMÉN.
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