Evangelio Del Día Sábado 24 de Septiembre | Al Hijo Del Hombre Lo Van A Entregar| Hoy en Oración
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Descripción
Evangelio Diario LITURGIA - 24 DE SEPTIEMBRE DE 2022 Ciclo C - Año II - Color Verde XXV Semana del Tiempo Ordinario Liturgia de las Horas Tomo II I Semana...
mostra másLITURGIA - 24 DE SEPTIEMBRE DE 2022
Ciclo C - Año II - Color Verde
XXV Semana del Tiempo Ordinario
Liturgia de las Horas Tomo II
I Semana del Salterio
Primera Lectura Eclesiastés 11, 9-12, 8
Salmo 89
Evangelio Lucas 9, 43-45
“No entendían este lenguaje”
PALABRAS DEL SANTO PADRE
Cada uno de nosotros, explicó, «puede tal vez pensar: ¿a mí qué me sucederá? ¿Cómo será mi cruz? No lo sabemos, pero estará y debemos pedir la gracia de no huir de la cruz cuando llegue. Cierto, nos da miedo, pero el seguimiento de Jesús acaba precisamente allí. Me vienen a la mente las palabras de Jesús a Pedro en aquella coronación pontificia: «¿Me amas? Apacienta.... ¿Me amas? Apacienta... ¿Me amas? Apacienta» ... Y «las últimas palabras eran las mismas: te llevarán allí donde tú no quieres ir. Era el anuncio de la cruz». (Homilía Santa Marta, 28 septiembre 2013)
Reflexión del Evangelio de hoy (Fr. Mitxel Gutiérrez Sánchez O.P.)
Hoy, veneramos a María, como Virgen de la Merced. Esta advocación nos recuerda y nos invita a liberarnos y a liberar a las personas de toda clase de esclavitad que tienen y tenemos, devolverles su dignidad. Pidamos a María que nos ayude a comprender, acoger, y ayudar a las personas a salir de ellas pues les hacen vivir sin dignidad.
Vivir con dignidad cada edad y sin vanidad
Precisamente estos versículos del libro del Eclesiastés nos están invitando a liberarnos de todo aquello que puede impedir el vivir con libertad y dignidad cada etapa de nuestra vida.
La vida nos la ha dado Dios para que la vayamos viviendo con gratuidad y con sentido, no para destruirla. La vamos madurando viviendo con sentido las distintas etapas por las que pasamos: adolescencia, juventud, madurez, ancianidad. Cada etapa tiene su problemática, sus dificultades, sus alegrías y sus dificultades. En cada etapa tenemos que estar atento a lo nace de nuestro corazón, pues puede ser contradictorio, de ahí que diga:” déjate llevar del corazón” y “rechaza las penas del corazón”· Con cada etapa vamos madurando, adquiriendo experiencia e intentando dar sentido a nuestra vida.
Para cada momento de nuestra existencia da unos consejos que es necesario que tengamos en cuenta, aceptar todo lo bueno que tiene y disfrutarlo. También aceptar las dificultades, las debilidades y afrontarlas. Para afrontarlas contamos con nuestro esfuerzo, con la ayuda de los demás y con la ayuda del Creador de la vida. De ahí que no hemos de ser vanidosos, pues siempre en cualquier etapa, es Dios el que nos acompaña y nos ayudapara evitar la vanidad.
Admiración, signo de contradicción
San Lucas en el camino de Galilea a Jerusalén va instruyendo a sus discípulos de cómo tienen que continuar su obra. Pero, a pesar de ver cómo provoca admiración su actuación y sus palabras, a Él no le está siendo fácil y de nuevo les recuerda cómo va a terminar su vida: entregando la vida, pero resucitando. Lógica la reacción de sus discípulos, de no entender o de no querer entender.
Les resultaba raro que tal como aparentemente la gente le escuchaba, le solicitaba ayuda, le seguía, incluso lo aclamaba, pudiese ser verdad el anuncio de la realidad de la entrega de su vida, pues no sólo iban a matarlo, sino que lo decía cómo que era algo normal para Él. Esa normalidad, tal como lo expresaba, se ve que era consciente de que su vida la entregaba libremente para hacer realidad el proyecto que Él había intentado hacer realidad y del que les había hablado de muchas maneras.
No entendían el lenguaje y tenían miedo en preguntarle. El porqué de ese miedo, ciertamente llama la atención- ¿Será porque ven una contradicción ente la admiración y su muerte? ¿Será porqué pensarían que a ellos, por ser sus seguidores, terminarán igual? Estás preguntas nos sitúan en nuestra realidad existencial y vemos que ocurre lo mismo. Jesús y su proyecto y realización en su vida, es admirado y valorado por muchas personas, pero las personas tienen miedo de seguirle para hacer realidad ese proyecto. ¿Por qué será? Reflexionemos y pidamos ayuda para no desanimarnos en continuar con ese proyecto de amor a la humanidad realizado por Jesús y anunciarlo con nuestra palabra y con nuestro testimonio.
LECTURA DEL DÍA
Eclesiastés (Cohélet) 11, 9–12, 8
Alégrate, joven, durante tu juventud,
disfruta de corazón tus años jóvenes.
Sigue el camino que te indique el corazón
y lo que deleita a tus ojos.
Pero no olvides que de todo ello Dios te pedirá cuentas.
Aleja de tu corazón la tristeza
y de tu cuerpo el sufrimiento;
pero recuerda que los placeres de la juventud
son cosas que se acaban.
Acuérdate de tu Creador en tus años jóvenes,
antes de que vengan los días amargos
y se te echen encima los años en que dirás:
“No hallo gusto en nada”.
Antes de que se nuble la luz del sol,
la luna y las estrellas,
y retornen las nubes tras la lluvia.
Cuando tiemblen los guardias de la casa
y se dobleguen losd valientes.
Cuando las que muelen sean pocas y dejen de trabajar
y las que miran por las ventanas se queden ciegas.
Cuando las puertas de la calle se cierren
y se apague el ruido del molino.
Cuando enmudezca el canto de las aves
y cesen todas las canciones.
Cuando den miedo las alturas
y los peligros del camino.
Cuando florezca el almendro
y se arrastre la langosta
y no dé gusto la alcaparra,
porque el hombre se va a su eterna morada
y circulan por la calle los dolientes.
Antes de que se rompa el cordón de plata,
antes de que se quiebre la lámpara de oro,
antes de que se haga añicos el cántaro junto a la fuente,
antes de que se caiga la polea dentro del pozo,
antes de que el polvo vuelva a la tierra, a lo que era,
y el espíritu vuelva a Dios, que es quien lo ha dado.
Todas las cosas, absolutamente todas,
dice Cohélet, son vana ilusión.
EVANGELIO DEL DÍA
Lectura del santo evangelio según san Lucas
Lc 9, 43-45
En aquel tiempo, como todos comentaban, admirados, los prodigios que Jesús hacía, éste dijo a sus discípulos: “Presten mucha atención a lo que les voy a decir: El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres”.
Pero ellos no entendieron estas palabras, pues un velo les ocultaba su sentido y se las volvía incomprensibles. Y tenían miedo de preguntarle acerca de este asunto.
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