Evangelio Del Día Viernes 20 de Enero | Soy Apóstol De Jesús | Hoy en Oración
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Descripción
Evangelio Diario LITURGIA - 20 DE ENERO DE 2023 Ciclo A - Año I - Color Verde II Semana del Tiempo Ordinario Liturgia de las Horas Tomo I II Semana...
mostra másLITURGIA - 20 DE ENERO DE 2023
Ciclo A - Año I - Color Verde
II Semana del Tiempo Ordinario
Liturgia de las Horas Tomo I
II Semana del Salterio
Primera Lectura Hebreos 8, 6-13
Salmo 48
Evangelio Marcos 3, 13-19
“Dios ofrece su alianza; Cristo nos llama a establecerla”
PALABRAS DEL SANTO PADRE
Esa primera comunidad estaba formada por 120 hermanos y hermanas, más o menos: un número que lleva dentro de sí el 12, emblemático para Israel, porque representa a las doce tribus, y emblemático también para la Iglesia, a causa de los doce apóstoles elegidos por Jesús. (…) Son los testigos acreditados de la obra de salvación de Cristo, y no manifiestan su presunta perfección al mundo, sino que, a través de la gracia de la unidad, hacen que surja un Otro que ahora vive de una manera nueva entre su pueblo. ¿Y quién es este? Es el Señor Jesús. Los apóstoles eligen vivir bajo el señorío del Resucitado en la unidad entre los hermanos, que se convierte en la única atmósfera posible del auténtico don de sí mismo. También nosotros debemos redescubrir la belleza de dar testimonio del Resucitado, saliendo de actitudes autorreferenciales, renunciando a retener los dones de Dios y sin ceder a la mediocridad. (Audiencia general del 12 de junio de 2019)
REFLEXIÓN DEL EVANGELIO DE HOY (D. Félix García O.P.)
"Todos me conocerán pues perdonaré sus delitos"
San Pablo, en su carta a los hebreos, parece decirnos que Cristo, mediador de la nueva alianza, es suficiente para que la relación con Dios sea perfecta. La palabra que nos llega directa de Dios, sin intermediarios; en el pequeño fragmento que hoy leemos, se repite hasta tres veces: “oráculo del Señor”, o sea: escuchamos directamente las palabras de Dios, un Dios que revisa la antigua alianza, la que hizo con los padres al sacarlos de Egipto y plantarlos en las tierras de Israel.
Ahora nos presenta una alianza nueva que parece desechar la anterior, que San Pablo no duda en calificar de vieja y anticuada, destinada a desaparecer. Una alianza nueva que se basará en la acción directa de Dios sobre el pueblo, que no será necesario enseñar porque Dios la deja escrita en el corazón de los ciudadanos, que todos conocerán y todos cumplirán. Dios promete a su pueblo perdonar sus delitos y olvidar sus pecados.
Puede que a nosotros, el nuevo pueblo de Dios, no se nos tenga que olvidar el corazón de su nueva alianza: El amor. Una alianza que solamente tendrá dos mandamientos fáciles de recordar: ama a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo. No es complicada la ley de la nueva alianza, es fácil de recordar y cumplir, pero sabemos que el cumplimiento de las leyes de la nueva alianza no es tan sencillo, y nos buscamos mil triquiñuelas para justificar nuestros fallos. Fallos que ciertamente son pecados, pero que también sabemos que Dios, nuestro Maternal-Padre, perdonará nuestros delitos y olvidará nuestros pecados. Dios es el que mira por la ventana día y noche hasta ver aparecer en lontananza al hijo díscolo y respondón que un día marchó de casa y vuelve derrotado.
"Jesús llamó a los que quiso"
Es la llamada de Cristo, el soplo de Dios, que llama a los que quiere y los invita al seguimiento. En este caso habla de “doce”, cuyos nombres aparecen citados, uno a uno, incluyendo en la lista a Judas Iscariote, el que lo entregó. En otro lugar se habla de setenta y dos elegidos y enviados a predicar la Buena Nueva del Dios misericordioso, paternal y maternal, a todas las gentes porque nos quiere junto a Él, fieles a sus mandatos, seguidores de la Nueva Alianza. Y hay un detalle que me gustaría reseñar: cuando se acercan a Jesús ofreciéndose o pidiendo permiso para seguirle, el seguimiento termina fracasando. Dios llama a quien quiere, cuando quiere y como quiere. Es posible que alguno nos sintamos fuera de sitio en el seguimiento. Si nos paramos a pensar si estamos en nuestro lugar, aquel que Dios nos ha marcado, o nos hemos ido caprichosos a otro, aparentemente más atractivo, pero que no es nuestro, puede que terminemos gustando el fracaso y desertemos.
Ahora estamos con un nuevo año recién estrenado y no parece que estemos siguiendo las leyes de la Nueva Alianza. Parece que volvemos a dar la espalda a Dios y a dejar sus mandatos de lado mientras ejercitamos nuestras ambiciones, no pocas veces revestidos con ropajes eclesiásticos. Parece que aún quedan lejos los tiempos en los que las lanzas sean podaderas y las espadas arados.
Pero esto no debe desanimarnos. Puede que la paz mundial esté lejos de nuestras posibilidades, pero siempre estará en nuestras manos conseguir la paz con nuestros hijos o padres, con los vecinos, con cualquiera que pase a nuestro lado. Poco cuesta un simple saludo cordial cuando nos cruzamos en la calle, poner cara amistosa cuando cedemos el paso en la cola de comulgantes, en lugar de esa cara adusta y antipática que solemos llevar.
Y recordemos: la misericordia y la fidelidad se encuentran.
LECTURA DEL DÍA
Lectura de la carta a los Hebreos
Heb 8, 6-13
Hermanos: Jesucristo, nuestro sumo sacerdote, ha obtenido un ministerio tanto más excelente, cuanto que él es el mediador de una mejor alianza, fundada en mejores promesas. Si aquella primera alianza hubiera sido perfecta, no habría habido lugar para una segunda. Pero de hecho, Dios la encuentra imperfecta, cuando reprendiendo a los israelitas, les dice:
Se acerca el tiempo en que haré con la casa de Israel y con la casa de Judá una alianza nueva, dice el Señor. No será como la alianza que hice con los padres de ustedes cuando los tomé de la mano para sacarlos de Egipto, porque ellos rompieron mi alianza y yo tuve que hacer un escarmiento con ellos. Ésta es la alianza nueva que voy a hacer con la casa de Israel: Voy a poner mi ley en lo más profundo de su mente y voy a grabarla en sus corazones. Yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. Ya nadie tendrá que instruir a su prójimo ni a su hermano, diciéndole: “Conoce al Señor”, porque todos me van a conocer, desde el más pequeño hasta el mayor de todos, cuando yo les perdone sus culpas y olvide para siempre sus pecados.
Conforme a esto, al hablar de una alianza nueva, Dios declara anticuada la primera, y lo que es anticuado y envejecido está próximo a la desaparición.
EVANGELIO DEL DÍA
Lectura del santo evangelio según san Marcos
Mc 3, 13-19
En aquel tiempo, Jesús subió al monte, llamó a los que él quiso, y ellos lo siguieron. Constituyó a doce para que se quedaran con él, para mandarlos a predicar y para que tuvieran el poder de expulsar a los demonios.
Constituyó entonces a los Doce: a Simón, al cual le impuso el nombre de Pedro; después, a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, a quienes dio el nombre de Boanergues, es decir “hijos del trueno”; a Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Tadeo, Simón el Cananeo y a Judas Iscariote, que después lo traicionó.
Oración
Señor, gracias por grabar tu ley y deseos en mi corazón, eso es lo que en muchas ocasiones me ha mostrado cuál es el camino correcto, he tenido dudas por aquellas cosas que ignoro pero siempre puedo sentir el fuego de tu Palabra grabada en mi corazón que me dice lo que está bien y lo que no. Enséñame, amado Señor, a oír con más claridad esa ley y a obedecerla ya que tú y yo sabemos que aunque siempre me ha advertido, no siempre le he hecho caso.
Acción
Hoy memorizaré un texto bíblico y me haré consciente de que más que aprender, en realidad, es como si recordara algo que ya sabía debido a la Palabra que Dios grabó en mi interior.
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