Evangelio Del Día Viernes 8 de Julio | Ovejas En Medio De Lobos | Hoy en Oración
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Descripción
Evangelio Diario LITURGIA - 08 DE JULIO DE 2022 Ciclo C - Año II - Color Verde XIV Semana del Tiempo Ordinario Liturgia de las Horas Tomo II II Semana...
mostra másLITURGIA - 08 DE JULIO DE 2022
Ciclo C - Año II - Color Verde
XIV Semana del Tiempo Ordinario
Liturgia de las Horas Tomo II
II Semana del Salterio
Primera Lectura Oseas 14, 2-10
Salmo 50
Evangelio Mateo 10, 16-23
“El que persevere hasta el final, se salvará”
PALABRAS DEL SANTO PADRE
Además de como «ovejas en medio de los lobos», el Señor, también en nuestro tiempo, nos manda como centinelas en medio de la gente que no quiere ser despertada del torpor mundano, que ignora las palabras de Verdad del Evangelio, construyéndose unas propias verdades efímeras. Y si nosotros vamos o vivimos en estos contextos y decimos las Palabras del Evangelio, esto molesta y no nos mirarán bien. Pero en todo esto el Señor sigue diciéndonos, como decía a los discípulos de su tiempo: “¡No tengáis miedo!”. No olvidemos esta palabra: siempre, cuando nosotros tenemos alguna tribulación, alguna persecución, alguna cosa que nos hace sufrir, escuchamos la voz del Señor en el corazón: “¡No tengáis miedo! ¡No tener miedo, ve adelante! ¡Yo estoy contigo!”. (Ángelus, 25 junio 2017)
Reflexión del Evangelio de hoy (Sor Inmaculada Ocaña Gutiérrez).
Rectos son los caminos del Señor
Llegamos al último capítulo del libro del profeta Oseas en el que se nos ha mostrado el amor de Dios con su pueblo como un amor esponsal, a lo largo de la Historia esta Alianza es rota únicamente por la infidelidad del hombre, mientras Dios siempre se mantiene fiel. Los versículos que hoy meditamos son una nueva llamada a la conversión, a volver a Dios, porque Él, como buen Padre, siempre desea y espera nuestro retorno, solo nos pide que recordemos nuestras promesas y con humildad y confianza volvamos a poner nuestras vidas en sus manos.
En mi interior me inculcas sabiduría
Con el salmista alabamos al Señor reconociendo su misericordia, su bondad, su compasión y le pedimos un corazón limpio, un espíritu firme y que nos haga experimentar una vez más la alegría de su amor, de su salvación, para proclamar constantemente su alabanza y su fidelidad que son eternas.
El Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros
Jesús continúa instruyendo a los apóstoles. No les oculta las dificultades, los peligros y acechanzas que van a encontrar en la misión evangelizadora que les encomendará. Como buen Pedagogo, les da pautas a seguir “sed sagaces, astutos y a la vez sencillos como palomas”; les advierte de las hostilidades con las que se van a encontrar, para superarlas requerirán valentía, intrepidez, buen ánimo, porque “os envío como ovejas entre lobos que os entregarán a los tribunales, os azotarán en las sinagogas y os harán comparecer ante gobernadores y reyes por mi causa”, pero tened valor, si a Mí me han perseguido, también vosotros seréis perseguidos. La misión no es fácil, requiere ir contracorriente, y “¡tened cuidado con la gente!”. Esta expresión que puede parecernos difícil de entender, más tarde, Juan ya anciano, recogiendo esta enseñanza de Jesús escribirá en una de sus cartas “no os fieis de cualquier espíritu, sino examinad si los espíritus vienen de Dios…” y Pablo “examinadlo todo y quedaos con lo bueno”. En los primeros días -tras la venida del Espíritu Santo-, los apóstoles tuvieron ocasión de experimentar cuan ciertas eran las palabras del Maestro, pues varias veces todos juntos, por grupos o individualmente fueron apresados, llevados ante el Sanedrín o ante las autoridades civiles, como bien nos narran los Hechos de los Apóstoles, pero también es cierto que se cumplieron las palabras del Señor en el que habían puesto su confianza, en estas circunstancias no temáis, no os preocupéis de lo que vais a decir o de cómo lo diréis: en aquel momento se os sugerirá lo que tenéis que decir, porque no seréis vosotros los que habléis, sino que el Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros y así daréis testimonio de mí.
A lo largo de los siglos infinitud de cristianos han dado testimonio con la propia vida de su fidelidad a Jesús y al Evangelio. Todos ellos experimentaron una fortaleza, una sabiduría, una alegría que no provenía de ellos mismos, sino que era fruto de la acción del Espíritu Santo como Jesús había prometido.
Son los mártires de todos los tiempos, que no antepusieron nada al amor que experimentaban de Dios, como el beato Adriano de Fortescue, que hoy celebra la Familia dominicana, o los 27 mártires dominicos de Almería, Almagro y Huéscar recientemente beatificados. No tuvieron miedo de dar la cara por nuestro Señor. Predicaron no solo con sus palabras y obras, sino sobre todo con la entrega generosa, desinteresada y fiel de sus vidas, haciendo ver que lo más importante para ellos era el cumplimiento de la voluntad de Dios, que Él llenaba sus vidas y las plenificaba. Y esto fue posible porque se dejaron iluminar y conducir por el Espíritu Santo que puso en ellos palabras y actitudes de valentía y confianza. Murieron perdonando y bendiciendo. Esta es la actitud que tenemos que seguir teniendo nosotros, cristianos del siglo XXI, porque aún hay muchas personas que no conocen a Cristo, tal vez, cerca de nosotros. ¿Qué hacemos por evangelizar?
LECTURA DEL DÍA
Lectura de la profecía de Oseas
Os 14, 2-10
Esto dice el Señor Dios:
“Israel, conviértete al Señor, Dios tuyo,
pues tu maldad te ha hecho sucumbir.
Arrepiéntanse y acérquense al Señor para decirle:
‘Perdona todas nuestras maldades,
acepta nuestro arrepentimiento sincero,
que solemnemente te prometemos.
Ya no nos salvará Asiria,
ya no confiaremos en nuestro ejército,
ni volveremos a llamar “dios nuestro”
a las obras de nuestras manos,
pues sólo en ti encuentra piedad el huérfano’.
Yo perdonaré sus infidelidades, dice el Señor;
los amaré, aunque no lo merezcan,
porque mi cólera se ha apartado de ellos.
Seré para Israel como rocío;
mi pueblo florecerá como el lirio,
hundirá profundamente sus raíces, como el álamo,
y sus renuevos se propagarán;
su esplendor será como el del olivo
y tendrá la fragancia de los cedros del Líbano.
Volverán a vivir bajo mi sombra,
cultivarán los trigales y las viñas,
que serán tan famosas como las del Líbano.
Ya nada tendrá que ver Efraín con los ídolos.
Yo te he castigado, pero yo también te voy a restaurar,
pues soy como un ciprés verde,
y gracias a mí, tú das frutos.
Quien sea sabio, que comprenda estas cosas
y quien sea prudente, que las conozca.
Los mandamientos del Señor son rectos
y los justos los cumplen;
los pecadores, en cambio, tropiezan en ellos y caen’’.
EVANGELIO DEL DÍA
Lectura del santo evangelio según san Mateo
Mt 10, 16-23
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus apóstoles: “Yo los envío como ovejas entre lobos. Sean, pues, precavidos como las serpientes y sencillos como las palomas.
Cuídense de la gente, porque los llevarán a los tribunales, los azotarán en las sinagogas, los llevarán ante gobernadores y reyes por mi causa; así darán testimonio de mí ante ellos y ante los paganos. Pero, cuando los enjuicien, no se preocupen por lo que van a decir o por la forma de decirlo, porque en ese momento se les inspirará lo que han de decir. Pues no serán ustedes los que hablen, sino el Espíritu de su Padre el que hablará por ustedes.
El hermano entregará a su hermano a la muerte, y el padre a su hijo; los hijos se levantarán contra sus padres y los matarán; todos los odiarán a ustedes por mi causa, pero el que persevere hasta el fin, se salvará.
Cuando los persigan en una ciudad, huyan a otra. Yo les aseguro que no alcanzarán a recorrer todas las ciudades de Israel, antes de que venga el Hijo del hombre’’.
Oración
Señor, me asombra tu amor y tu misericordia; gracias por perdonar todas mi maldades, por aceptar mi arrepentimiento sincero y porque cada vez, a pesar de que caigo y no cumplo mi palabra, tú has aceptado nuevamente mi promesa de volverme a ti; cura, Dios mío, mis infidelidades.
Acción
En este día repasaré los mandamientos del Señor y confrontaré mi vida con ellos. Haré énfasis en los mandamientos que más he incumplido o pasado por alto y me haré consciente de cómo han afectado mi persona y la de los que me rodean.
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