Evangelios-023 Dios y las riquezas
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Descripción
Jesús enseñó en Mateo 6:24 “Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis...
mostra más¿Quiere decir esto que para ser un buen cristiano hay que prescindir de bienes materiales o tomar un voto de pobreza, como algunos han sugerido?
No necesariamente. Veamos qué más dice la Biblia sobre las riquezas.
Proverbios 27:4: Porque las riquezas no duran para siempre, ¿Y será la corona para perpetuas generaciones?
Como leemos en Mateo 6: 19-20, las riquezas terrenales son efímeras; se pueden desvanecer o nos las pueden quitar. Ni las riquezas ni el poder son para siempre.
En Marcos 4:19 leemos que las riquezas pueden engañar al que las posee, porque como dice también Proverbios 10:15 “Las riquezas del rico son su ciudad fortificada”; uno puede poner su confianza en ellas y pensar que nada le puede tocar.
Aprendemos en la Biblia que se pueden usar las riquezas de forma que agrada a Dios. Lucas 16:9 nos recuerda que podemos ganar amigos por el buen uso de las riquezas, y tenemos ejemplos en la Biblia de personas de dinero que sirvieron a Dios con sus vidas, entre ellos Marta, María y Lázaro, amigos de Jesús. Podemos concluir que las riquezas no son ni buenas ni malas, a menos que las riquezas se hayan ganado de forma deshonesta.
Cuando Proverbios 28:6 dice: “Mejor es el pobre que camina en su integridad que el de perversos caminos y rico.” No está diciendo que el pobre es mejor que el rico, sino es mejor el que camina en integridad que el de perversos caminos. Como seres humanos podemos juzgar a alguien como más importante cuando tiene más riquezas, pero a Dios le interesa la integridad.
El rico insensato del que Jesús habla en Lucas 12 hizo mal, no porque prosperó en su negocio, sino porque puso su confianza en sus riquezas, y como nos recuerda el versículo 21 no se hizo rico para con Dios.
La Palabra de Dios no enseña que el pobre esté más cerca a Dios que el rico. Cuando dice Cristo en Mateo 19:24 “es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios” no está diciendo que es imposible. Recordemos que sería imposible que cualquiera de nosotros pudiera entrar en el reino de Dios. Es solo por la obra de Dios que cualquier ser humano que en Él cree puede entrar en Su reino. Jesús comenta que las riquezas pueden robarnos el corazón, y como el versículo 24 de Mateo 6 nos dice, si hacemos de las riquezas nuestro dios, no podremos servir al Dios verdadero. Ninguno puede servir a dos señores,...No podéis servir a Dios y a las riquezas.”
¿Cómo entonces debemos ver las riquezas?
Como un regalo de Dios, como la buena salud, un buen intelecto, o cualquier otro don que Dios nos haya dado. Se podría decir que lo que poseemos no debe poseernos, sino que debemos usarlo para servir a Dios mejor.
Como David dijo en el salmo 62:10 “si aumentan las riquezas, no pongáis el corazón en ellas.”
Este principio se ve resumido en la primera carta a Timoteo 6:17 donde dice: “A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos.”
El gran mandamiento dice: “Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento.”
Dios ha de ser nuestro Señor, y las riquezas, sean escasas o numerosas, deben ocupar un lugar muy inferior en nuestras vidas, y nunca deben tomar el lugar de Dios llegando a ser nuestra fuente de confianza o robarnos el tiempo y la atención que solo Dios merece.
¿Tienes riquezas? Disfrútalas en su justa medida, usándolas para hacer el bien que Dios quiere.
¿Estás pasando escasez? Dios es Señor. Hónrale a Él con tu vida y persevera en la confianza de que Dios no te va a abandonar; Él cuida de ti.
Tengas mucho o tengas poco, pon tu esfuerzo en servir a Dios. Busca ser rico en aquello que dura para siempre. Mateo 6:19-21 nos advierte:
“No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.”
Hazte rico en tesoros celestiales. Busca a Dios y conócelo mejor, porque donde está tu tesoro, allí estará tu corazón.
Información
Autor | David y Maribel |
Organización | David y Maribel |
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