La esencia de los grafiteros surge desde la necesidad de expresar lo que, según ellos, muchos ocultan o callan, por lo que las paredes y muros se convierten en sus aliados para representar a los que no tienen voz. Sintiendo que sus grafitis tienen un propósito social, quedan inmiscuidos en la delgada línea del arte y vandalismo. Sobre las hermosas, irreverentes o cuestionadas obras de los grafiteros surgen varias preguntas:¿Dónde está el límite entre la libertad de expresión y el respeto por el espacio público?, ¿Cómo podemos encontrar un equilibrio entre la necesidad de expresión artística y la necesidad de preservar la arquitectura y la historia de las ciudades? Los grafiteros quieren ser escuchados, porque en medio de la adrenalina propia del oficio, protagonizan historias que merecen ser visibles; quieren que su arte sea reconocido y exaltado. Autora: Diana Maritza Guzmán.