La señora Esperanza Benavides nos ha dejado un grato ejemplo de esposa y madre, de mujer trabajadora y emprendedora. De esas mujeres que en silencio y con entrega han hecho posible una vida digna para su familia. Ella hace honor a su bello nombre. Nos da esperanza y nos invita a pensar que emprendimientos y productos como el que ella preparaba no deberían perderse. Sino todo lo contrario, apoyarse, expandirse, crecer. Y eso se logra si hay líderes con visión. Qué bello ejemplo de amor, de asumir una enfermedad, y especialmente, qué bello ejemplo de ganarse honradamente y con amor la vida. Dios seguramente le tiene un lugar especial en el cielo.