22.500 millones de euros. En lo que va de legislatura, hasta agosto, el Gobierno Federal ha aprobado exportaciones de armas por este valor a un gran número de países, muchos de ellos inmersos en conflictos y otros caracterizados por su escaso respeto a los Derechos Humanos. En un tema como las exportaciones de material de guerra, la Realpolitik se impone frente a las buenas intenciones.

Según las directrices de exportación de armas, que estableció el Bundesregierung para 2021, el gobierno alemán quería adoptar un enfoque restrictivo respecto a las entregas a países no pertenecientes a la Unión Europea y a la OTAN. Los datos hablan por sí solos: entre los diez clientes más importantes del cuarto mayor exportador de armas del mundo se encuentran Argelia, Egipto y Qatar. Especialmente controvertidas son las exportaciones a Egipto, no solo porque su gobierno esté acusado de violaciones de los derechos humanos, sino porque también está implicado en los conflictos de Yemen y Libia.

Los principales receptores de armas made in Germany fueron dos países de la OTAN. El primero, Hungría, quien ha adquirido a Alemania material por valor de 2.700 millones de euros. A Hungría le sigue Estados Unidos, con casi 2.400 millones de euros en el periodo 2017-2021.

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