Misma telenovela, en la crisis política colombiana podemos identificar protagonistas y un nudo. Los protagonistas son el presidente de la República Gustavo Petro, la jefa del gabinete Laura Sarabia y el embajador colombiano en Venezuela, Armando Benedetti.

La actual jefa del gabinete colombiano fue secretaria de Benedetti, y ocupó ese cargo por impedimentos judiciales de su exjefe. Esto generó enfrentamientos entre ellos. Enfrentamientos que se evidenciaron en diálogos de whatsapp que se hicieron públicos y se convirtieron en un tema legal.

Destituidos ambos por esta infidencia, llegó una retractación sorprendente de parte de Benedetti quien trató de “justificar” los diálogos diciendo que todo obedeció a "la rabia y el trago".

Así pues -como en algún momento ocurrió en Perú- en Colombia la interceptación de comunicaciones desata una crisis.

Pero, hay un cuarto protagonista en esta historia: el Fiscal de la Nación, un funcionario con una posición política cercana a los opositores de Petro. ¿Sería el facilitador de las interceptaciones?

Un ineficiente plan de “Paz Total”, una economía que no da buenas señales y una escasa aprobación presidencial enmarcan esta "telenovela" colombiana; la misma que aún no hacer ver un desenlace cercano.