Si hablamos de gobiernos de izquierda en América Latina, partimos de los ejemplos de Venezuela y Uruguay. En el primero la izquierda continúa hoy y en el segundo terminó en el 2019. El desempeño en ambos casos ha sido distinto: Ambos gobiernos de izquierda, pero uno considerado el más corrupto y el otro, el menos corrupto.
La posición respecto a ciertos temas y desempeño del gobierno no lo determina ser de izquierda o no.
Por ejemplo, en Chile, siendo gobierno de izquierda, se apuesta por el apoyo al aborto; caso contrario en Ecuador donde la candidata de izquierda, rechaza esa postura lo que demuestra que ser de izquierda no asegura un patrón de conducta.
En el plano económico, hay sectores de izquierda que consideran que el desarrollo debe estar basado en las industrias sostenibles y otros donde más bien apoyan el total extractivismo.
Y ¿cuál fue la posición de la izquierda respecto a la guerra entre Rusia y Ucrania? Pues también fue un tema de opiniones divididas entre los representantes de la izquierda: Venezuela apoyaba la invasión rusa, Chile la condenaba y Brasil optó por una posición intermedia.
Podríamos pensar también en lo que sucedió respecto al caso Perú cuando los gobiernos de izquierda de Brasil y Chile reconocieron la constitucionalidad del cambio de gobierno tras la destitución de Castillo, Colombia y México no; y otros han optado por una posición intermedia.