“Cantad al Señor un cántico nuevo
porque ha hecho maravillas.
Su diestra le ha salvado,
su santo brazo.
…
Se acordó de su misericordia y fidelidad
con la casa de Israel.
Todos los confines de la tierra han visto
la salvación de nuestro Dios.”
Contemplar y alabar la acción de Dios en nuestra vida, sus «maravillas» (cfr. Sal
98,1.3): gracias que nos ha obtenido, personas a las que ha iluminado…
Sabéis que decía el Papa B XVI en su última audiencia 27.2.2013: “Como dice el
apóstol Pablo en el texto que hemos oído, también yo siento en mi corazón el deber,
sobre todo, de dar gracias a Dios, que guía y hace crecer a la Iglesia, que siembra su
Palabra y así alimenta la fe de su Pueblo. En este momento mi espíritu se alarga para
abrazar a toda la Iglesia repartida por el mundo; doy gracias a Dios por las noticias
que he podido recibir durante estos años de ministerio petrino sobre la fe en nuestro
Señor Jesucristo, y sobre la caridad que circula verdaderamente en el Cuerpo de la
Iglesia y la hace vivir en el amor, y sobre la esperanza que nos abre y orienta hacia
una vida plena, hacia la patria del Cielo”.
También Jesús, al contemplar la acción de su Padre a través de los apóstoles, a los
que había enviado a predicar, rompía en acción de gracias (cfr. Mt 11,25-26).: “En
aquella ocasión Jesús declaró:
—Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a
los sabios y prudentes y las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así te ha
parecido bien. ”