MelP_602-Eclesiastes_12_11
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Descripción
«Las palabras de los sabios son como aguijones; y como clavos hincados son las de los maestros de las congregaciones, dadas por un Pastor.» (Eclesiastés 12:11) En este epílogo del...
mostra másEn este epílogo del libro, Salomón nos orienta sobre el discurso que escribió. Edificando sobre el versículo anterior en que nos dice que procuró hallar palabras agradables y rectas de verdad, el rey usa dos imágenes para ilustrar sus palabras: son como aguijones y clavos hincados. Cuando leemos la palabra aguijón, no debemos pensar en abejas ni escorpiones sino en el palo afilado que usan los que trabajan con el ganado. Tanto los aguijones como los clavos son objetos punzantes, pero tienen dos fines diferentes. Los aguijones sirven para movernos por medio de la incomodidad, mientras los clavos hincados sirven para fijar y dar estabilidad. El libro de Eclesiastés tiene muchos aguijones. Nos incomoda vivir en un mundo roto por el pecado. Pero a la vez, este libro está repleto de verdades que nos dan estabilidad en el Dios que creó este mundo y que mora en comunión con su pueblo en todas las pruebas y dificultades. Salomón reconoce que todas estas palabras provienen de un Pastor, del mismo Espíritu de Dios que las inspiró. Doy gracias a Dios, tanto por los aguijones que no nos dejan acomodarnos en este mundo, como también por los clavos bien hincados que nos dan estabilidad para que podamos estar firmes en Cristo.
En tu tiempo de lectura bíblica hoy, busca los aguijones y los clavos que Dios tiene para ti hoy. (David Bell)
Información
Autor | David y Maribel |
Organización | David y Maribel |
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