Practica de meditación para el proceso del embarazo

27 de abr. de 2022 · 20m 26s
Practica de meditación para el proceso del embarazo
Descripción

Narración: Rocío González & Parsifal Flores https://www.facebook.com/Paralospocos Nota para hacer esto 1 es importante creer 2 si tu mama vas a tomar el papel del padre y madre hacerlo saber...

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Narración:
Rocío González & Parsifal Flores
https://www.facebook.com/Paralospocos


Nota para hacer esto
1 es importante creer
2 si tu mama vas a tomar el papel del padre y madre hacerlo saber al niño
Y cada que lees dile toma un papel femenino para la madre y masculino para el padre
1er mes
Madre: ¡Qué maravilla, tendremos el niño/la niña que tanto hemos deseado!
Padre: Pareces ser sólo un poco de materia, pero en ti, como en la semilla de un gran árbol, vibra la misma fuerza que es capaz de engendrar una galaxia.
Madre: Siente la potencia creadora que te anima, entrégate al éxtasis jubiloso que es la esencia de la materia. Asiste a estos momentos sagrados en que la conciencia universal se transforma en tu carne. Conciencia y carne son una misma y sola cosa, no hay separación entre tú y la sustancia del Cosmos. A medida que te vas alimentando de mí, me vas fortificando. Das salud a mis vísceras, purificas mi sangre, limpias mi espíritu de antiguos sufrimientos, me extraes del pasado, me sumerges en el presente.
Padre: Me liberas del miedo a perder, me infundes valor, me inoculas la fuerza necesaria para enfrentarme al futuro, me das la seguridad necesaria para convencerme de que siempre podré protegeros, a ti y a tu madre. A medida que creces nos construyes.
2do mes gestación:
Madre: Siente cómo, en esa materia que eres y se duplica una y otra vez con deseos de llenar el mundo, nace un latido que viene de lo más profundo del universo. Ha aparecido tu centro, alrededor del cual se está formando tu corazón, fuente de donde se derrama el amor divino La vida entera está latiendo a tu alrededor. Ya no eres una masa amorfa. Con sana voracidad absorbes el alimento puro que te doy, para crear llena de esperanza una sangre sana, órganos armoniosos, vísceras vigorosas y sistemas conscientes.
Padre: Crece sin aprensión, confía en nosotros, hijo/hija querido/a; nos hemos depurado para darte lo mejor de nuestro cuerpo y de nuestra alma.
3er mes
Padre: Tu energía andrógina se divide. Ahora ya sabes si eres un hombre o una mujer. Nosotros aceptamos el sexo en que has elegido encarnarte. Tú obedeces a fuerzas universales que saben lo que hacen. Esta definición es la raíz de tu identidad.
Madre: A través de mí comienzas a comunicarte con el mundo. Recibes al exterior tal como yo lo recibo. Desde tu sangre, tus venas, tus arterias, asciendes por el cordón umbilical y entras en mi mente.
Padre: Por eso yo, sabiéndote vulnerable a lo que siente el cuerpo que te contiene y alimenta, protejo a tu madre brindándole la calma, la tranquilidad, preservándola de emociones negativas, porque quiero que el mundo que encuentres en su mente no contenga elementos que te angustien.
Madre: Hijo/hija mía, tu espíritu puro, al entrar en el mío, me ha sanado de mis enfermedades, mis metabolismos se han equilibrado. Los sufrimientos que tuve antes de tu llegada se han convertido en un terreno fértil al que tú le has dado un significado. ¡Crece! Cuando nazcas, en cualquier estado que esté el mundo, tú serás un portador de paz y felicidad para todos y todas.
4to mes Padre: Aumentas de volumen, la energía divina embebe todo tu cuerpo, disminuye el volumen de tu cabeza, se alargan tus miembros; tomas conciencia de ti mismo/misma, de tu sagrada forma, del perfecto equilibrio entre lo que sientes ser y lo que eres.
Madre: Tus huesos se están solidificando. Al sentir florecer ese esqueleto dentro de tu carne, comprendo que te preparas para sostenerte a ti mismo/misma, para marchar por tus propios senderos. Sé perfectamente que no te estoy creando sino que te estoy recibiendo. Así, plena de amor por ti, le doy a cada célula de tu cuerpo la posibilidad de desarrollarse sin obstáculos.
5to mes
Padre: Disminuye la velocidad de tu crecimiento, empleas la mayor parte de tu energía en sentirte, conoces la alegría que anida en la médula de los huesos; con pequeños y placenteros movimientos de tus miembros, le anuncias a tu madre que estás vivo/a, que eres tú y no ella. Nos encanta que te muevas tanto, es señal de que creces llena de alegría y vigor.
Madre: Te has liberado de mi mente. Estás desarrollando tus propios sentidos. Oyes los ruidos que atraviesan la carne de este vientre que te anida. Es el mundo que te espera, diciéndote que tu nacimiento significará el comienzo de un maravillosos cambio. Y en este conjunto de ritmos y sonidos, cada uno con vida propia, con energía que te nutre tanto como la sangre que de mí recibes, te llegan nuestras dos voces, la mía y la de tu padre, entrelazadas con amor.
Los dos: Nunca nos oirás discutir, ni pelear, ni adquirir tonos agresivos que no se armonicen.
Nuestras voces, unidas como dos manos en rezo, te bendicen, ahora y siempre.
Padre: Aunque sin ver, abres los ojos, porque tu memoria ancestral te indica la existencia de la luz. Sabes que la oscuridad en la que flotas es la divina vacuidad que te engendra y con ella como aliada avanzarás hacia una claridad que te llama desde el exterior. Ella es la esencia de tu materia: eres un ser de luz.
Madre: También tu olfato se ha formado. En tu nariz ya sientes la nostalgia del puro aroma del oxígeno. Si yo te doy la materia, es tu padre quien te ofrece el aire. Cuando afuera respires, inhalarás el aliento del impensable Dios. Aliento divino que nos une y te convierte a ti, a nosotros, a toda la humanidad, a todos los seres vivientes, en un solo pulmón, en una sola Conciencia.
Padre: Si con la nariz percibes la profundidad del cosmos, en tu lengua esperan impacientes todos los sabores de la Tierra –salado, dulce, amargo, ácido-, pero sobre todo el sublime gusto del agua, líquido bondadoso que te revelará la transparencia del alma, la adaptabilidad de tu mente a las innumerables formas, la pacífica fuerza de la penetración que es la del amor, donde todo se disuelve en éxtasis vital.
Madre: Tus manos aprenden a abrirse y cerrarse, es decir, a recibir y a dar. Ellas, al tocar, están estructurando de forma armoniosa tu cerebro para que, al tomar posesión de ti misma, tus sentidos se abran como después del invierno las flores en primavera.
6to mes Padre: Ya estás formado/a como una persona.
Si va a nacer un niño el padre dirá:
El andrógino original se ha convertido en hombre. Tu miembro y tus testículos se han desarrollado. Concéntrate ahí, siente tu sexo, en él habita la eternidad. En tus gónadas se forman algunos espermatozoides. No son permanentes como los óvulos femeninos que duran toda su vida; son efímeros y se multiplican constantemente. La vida es el encuentro entre lo eterno con lo fugaz. No sólo te estás formando tú sino también la humanidad venidera. Eslabón de una sagrada cadena que nace en la Conciencia divina, tu sexo es un templo, hijo mío.
Si va a nacer una niña:
El andrógino original se ha convertido en mujer. Tu vagina, tu útero, tus ovarios se han desarrollado. Siente tu sexo, en él habita la eternidad. Eres portadora de millones de óvulos. No sólo te estás formando tú, sino también la humanidad venidera. Eslabón de una sagrada cadena que nace en la Conciencia divina, tu sexo es un templo, hija mía. Y también es un templo tu cerebro: has recibido como herencia la memoria total, tus neuronas contienen los sueños e ilusiones de tus billones de antepasados…
Madre: Llevan impresos todos los proyectos del futuro, el momento en que mutarás creando un nuevo cerebro, el momento en que desarrollarás la telepatía, el momento en que por tu fuerza mental podrás elevarte en el aire, el momento de la gran emigración hacia una nueva galaxia, el momento en que poblarás la totalidad del universo. Ya todo está en ti, hijo mío/hija mía.
7mo mes
Madre: Tu piel, capa por capa se ha engrosado, tu ser entero; a través de ella, se une con la totalidad. No es una superficie que te separa del mundo, sino una frontera abierta: siente tus incontables poros, a través de ellos das y recibes, respiras la Conciencia divina, la absorbes, la digieres, la expiras por todo cuerpo: eres un ser sagrado.
Padre: En las yemas de tus dedos, en las palmas de tus manos y en la planta de tus pies se han formado líneas diferentes a las de los demás seres humanos; ellas prueban que eres única, que vienes a aportar al mundo algo que sólo tú posees: tu preciosa identidad. Nadie nunca ha sido ni será como tú, te inscribirás en la eternidad como una joya preciosa y única.
Madre: Ya se ha formado tu cara y es preciosa: es una ventana por la que interior y exterior se comunican y aúnan. Detrás de tu cara se extiende el pasado, delante de tu cara se extiende el futuro, en tus facciones se refleja el presente, que no es otro que tu alma…
Padre: Para venir al mundo tal como tú eres y no como los otros quieren que seas, necesitas comunicarte conmigo. Si por el cordón umbilical estás relacionada con tu madre, el cordón que te une a mí es mi voz. Dime, sabiendo que yo soy un aspecto de ti mismo/a, qué es lo que deseas que yo te diga para que así termines en buena forma tu desarrollo.
…El padre escucha atentamente si le llega algún mensaje de su hijo/a y se lo repite suavemente…
8vo mes Padre: En esta infinita paz en que te desarrollas, no sabes si estás soñando despierto/a o si duermes junto con tu madre, ambos/os/as unidos/as en un mismo sueño. A través de su inconsciente recibes el conocimiento de tus antepasados, no en forma de recuerdos precisos sino como intensas energías. Y tú, con tus células nuevas, eres capaz de captar los proyectos del futuro. Eres el avatar, el descenso de un ser glorioso en un cuerpo mortal.
Madre: No le temas a ese descenso: para sentir tu grandeza divina debes pasar con dolor de los pequeños órganos terrestres a los grandes órganos cósmicos. Lo que al comienzo confundes con dolor no son sino las benéficas contracciones que abren los límites animales y te otorgan la sublime expansión de tu Conciencia: siente el latido de tu corazón, en él reposa el centro del universo. En tu cerebro se preparan mutaciones que harán de ti nuestro Maestro.
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Autor Parsifal Flores
Organización Parsifal Flores
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