Proverbios 4

4 de oct. de 2024 · 6m 5s
Proverbios 4
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Un Proverbio al Día Proverbios 4 Oíd, hijos, la instrucción de un padre, y prestad atención para que ganéis entendimiento, porque os doy buena enseñanza; no abandonéis mi instrucción. También...

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Un Proverbio al Día

Proverbios 4

Oíd, hijos, la instrucción de un padre, y prestad atención para que ganéis entendimiento, porque os doy buena enseñanza; no abandonéis mi instrucción. También yo fui hijo para mi padre, tierno y único a los ojos de mi madre, y él me enseñaba y me decía: Retenga tu corazón mis palabras, guarda mis mandamientos y vivirás. Adquiere sabiduría, adquiere inteligencia; no te olvides ni te apartes de las palabras de mi boca. No la abandones y ella velará sobre ti, ámala y ella te protegerá. Lo principal es la sabiduría; adquiere sabiduría, y con todo lo que obtengas adquiere inteligencia. Estímala, y ella te ensalzará; ella te honrará si tú la abrazas; guirnalda de gracia pondrá en tu cabeza, corona de hermosura te entregará. Oye, hijo mío, recibe mis palabras, y muchos serán los años de tu vida. Por el camino de la sabiduría te he conducido, por sendas de rectitud te he guiado. Cuando andes, tus pasos no serán obstruidos, y si corres, no tropezarás. Aférrate a la instrucción, no la sueltes; guárdala, porque ella es tu vida. No entres en la senda de los impíos, ni vayas por el camino de los malvados. Evítalo, no pases por él; apártate de él y pasa adelante. Porque ellos no duermen a menos que hagan el mal, y pierden el sueño si no han hecho caer a alguno. Porque comen pan de maldad, y beben vino de violencia. Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora, que va aumentando en resplandor hasta que es pleno día. El camino de los impíos es como las tinieblas, no saben en qué tropiezan. Hijo mío, presta atención a mis palabras, inclina tu oído a mis razones; que no se aparten de tus ojos, guárdalas en medio de tu corazón. Porque son vida para los que las hallan, y salud para todo su cuerpo. Con toda diligencia guarda tu corazón, porque de él brotan los manantiales de la vida. Aparta de ti la boca perversa, y aleja de ti los labios falsos. Miren tus ojos hacia adelante, y fíjese tu mirada en lo que está frente a ti. Fíjate en el sendero de tus pies, y todos tus caminos serán establecidos. No te desvíes a la derecha ni a la izquierda; aparta tu pie del mal.

Comentario a los Proverbios de Mattews Henry.

Versículos 1-13. Debemos considerar a nuestros maestros como nuestros padres; aunque la instrucción conlleva en sí reproche y corrección, acojámosla bien. Los padres de Salomón lo amaban, por tanto, le enseñaron. Los hombres sabios y buenos, en toda época del mundo, y rango de la sociedad, concuerdan en que la sabiduría verdadera consiste en obediencia, y está unida a la felicidad. Consigue sabiduría, esfuérzate hasta el dolor por ella. Domina tus corrupciones; esfuérzate más por esto que por la riqueza de este mundo. El interés en la salvación de Cristo es necesario. Esta sabiduría es la única cosa necesaria. Un alma sin sabiduría ni gracia verdadera es un alma muerta. ¡Cuán pobres, despreciables y desgraciados son los que, con toda su riqueza y poder, mueren sin tener entendimiento, sin Cristo, sin esperanza, y sin Dios! Escuchemos los dichos de Aquel que tiene palabras de vida eterna. Así, nuestra senda será sencilla ante nosotros; tomando y manteniendo firme la instrucción evitaremos ser angustiados o tropezar.

Versículos 14-27. El camino de los hombres malos parece agradable y el camino más cercano para conseguir alguna finalidad; pero es un camino malo y terminará mal; si amas a tu Dios y a tu alma, evítalo. No se dice: manténte a la distancia debida sino a una gran distancia; nunca pienses que puedes llegar suficientemente lejos de esto. El camino del justo es luz: Cristo es su Camino y Él es la Luz. Los santos no serán perfectos hasta que lleguen al cielo, pero ahí brillarán como el sol en su fuerza. El camino del pecado es tinieblas. El camino del impío es tenebroso, por tanto, peligroso; ellos caen en pecado, pero no saben cómo evitarlo. Se meten en problemas, pero nunca tratan de saber si Dios contiende con ellos, ni cuál será el fin de ello. Este el camino que se nos insta a evitar. Oír atentamente la palabra de Dios es buena señal de la obra de gracia empezada en el corazón y un buen medio de seguir realizándola. En la palabra de Dios hay un remedio apropiado para todas las enfermedades del alma. Guarda tu corazón con toda diligencia. Debemos poner estricta vigilancia a nuestras almas; impedir que nuestros corazones infieran dolor y sean heridos. Se da una buena razón: porque de ahí surgen los asuntos de la vida. Por sobre todo, debemos buscar del Señor Jesús el agua viva, el Espíritu santificador, que brota para vida eterna. Así seremos capacitados para eliminar una boca perversa y labios pervertidos; nuestros ojos serán vueltos de contemplar la vanidad, mirando derecho adelante y andando por la regla de la palabra de Dios, yendo en los pasos de nuestro Señor y Amo. Señor, perdona el pasado y capacitamos para seguirte más de cerca durante el tiempo venidero.

Escrituras tomadas de La Biblia de las Américas Copyright 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation. Usadas con permiso; todos los derechos reservados.
Una Producción de Radio Resurrección.
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Autor Radio Stereo Resurrección
Organización Radio Stereo Resurrección
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