Cuando La Incapacidad Gobierna: La Catástrofe Evitable De Valencia

La tragedia valenciana ocurre en un territorio al que estoy sentimentalmente ligada: mi nieta mayor y su familia materna viven allí.  Su respuesta, y la de miles de jóvenes, es lo que me compensa de la desolación de pensar que la Comunidad valenciana no tiene a nadie al volante. El pueblo salva al pueblo cuando nadie asume la responsabilidad: mucha gente se ha organizado de manera espontánea para asistir a las víctimas de la catástrofe. Los vemos en fila, como un ejército vecinal sin uniforme, cruzan el puente que  ya llaman de la solidaridad, cargando garrafas de agua, alimentos, material sanitario y de limpieza, palas y cepillos. Tractores de agricultores a decenas para desatascar y desenlodar. Me emociona ser parte de una tierra de gente solidaria que le propinan una bofetada sin manos al político de turno. Este es un país que sabe sobreponerse, prestar ayuda humanitaria, mantener una actitud respetuosa. Y luego están los políticos incapaces y prescindibles, que eso es una gran catástrofe.