14 NOV. 2019 · Hablando con Mabel sobre miedos y tiburones, me volvió a dar una lección de vida. -“A veces si hay tiburones en Cornualles”. -me dijo-. ***** Una noche más me recuerda lo alto que puedo volar, que quedarse para luchar por lo que realmente se quiere, siempre es mejor que irse y que en todo lo pequeño está la grandeza de lo importante, de la vida y de la verdadera felicidad. Uno de los regalos más bonitos que me llevo de Madrid es rodearme de personas increíbles, personas que llegan para quedarse y ponerse a la altura de tu corazón. Que aunque esté oscuro, lo sea un poquito menos cada vez que existen reencuentros. Al final Cornualles está libre de tiburones cuando empiezas a entender que la mejor inversión de felicidad va de resistir y elegir bien a quienes quieres a tu lado. Y que la vida consiste en soñar, disfrutar en buena compañía y dejar perder el tiempo en tonterías. Como Mabel dice “Hay que seguir soñando, no nos pueden ganar la partida” Es sencillo. Al final así todo está bien, pero a veces se nos olvida un poco. Supongo que todo es cuestión de magia… Aunque para magia TÚ sobre un escenario, tú que encierras años de luz y vida en unos minutos. *Ojalá que no se apague ni acabe nunca.*

14 NOV. 2019 · A veces necesitamos caer para volver a levantarnos con más fuerza. A veces nos golpean una y otra vez. Pero llegará un día que el eco de aquel dolor sonará lejos. Al final te aseguro que siempre merece la pena, la lucha y el esfuerzo. Quizá en las esquinas de tu corazón queden restos de miedos y algunos pedazos, pero no olvides que aquello que ayer te rompió, estoy segura que mañana será lo que mueva tu fuerza y tesón para resistir. Jamás dudes de ti, ni de la grandeza de aquello pequeñito que haces día a día, lejos de focos y con mucho corazón. Jamás apagues tu luz, no pierdas tu esencia y recuerda que no eres ni tus errores, tus miedos, ni lo que los demás opinen de ti. Ahora te toca alejarte del ruido y seguir tu camino, créelo de una vez, vales un universo entero. Lo das todo y nadie puede echarte cuentas, nada puede acabar mal. Admiro tu valentía. Tu forma de resurgir. Un día te recuperaste a ti misma, para no perderte. Aún blandita y echa cachitos, eres una guerrera y es que después de todo pueden dejarte tocada, pero jamás hundida. Nunca olvides que siempre te voy a abrazar fuerte, tan fuerte que no se te escape la vida. Gracias por darme la lección de vida más importante de la mía. Sin filtro, Sin más. Mereces ser feliz.