Nos contaron que para ser felices había que tener un vida perfecta, con el trabajo perfecto, la casa perfecta, el marido perfecto, los hijos perfectos... ¿Sabes qué? Nos engañaron.

La perfección no existe y la vida es perfecta cuando la aceptas como es, con todas sus imperfecciones.

Michelle Oquendo es periodista en Ecuador; soltera convencida, finalmente se casó con un amigo de su padre y es madre de una niña. Un cáncer puso fin a un matrimonio feliz y la pandemia la trajo a España. Enamorada de la forma de hacer radio en este país, aprovechó la posibilidad de trabajar desde cualquier lugar y vino a estudiar un máster de radio a Madrid.

Ana Comellas es economista en España, madre de dos chicos y madrastra de dos chicas; divorciada y recasada, comparte casa con cuatro adolescentes, dos gatos y un compañero sin el que no podría desarrollarse como lo hace. Un desprendimiento de retina, el resultado de un proceso de coaching, una creatividad mal contenida y la compañía de la radio en pandemia, la llevaron a estudiar es mismo máster de radio.

Horas de conversación hablando de nuestra vida, nos han llevado a la conclusión de que, pese a todas las diferencias de cultura, vitales y profesionales, nuestras vidas no eran tan diferentes: ambas habíamos superado momentos muy difíciles y tomado decisiones por nosotras mismas.

A pesar de lo imperfectas que han sido, creemos que nuestra vida es maravillosa como es, y queremos compartir, en primera persona, nuestro aprendizaje y reflexiones.