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El otro día, cuando salí de tener la charla que estás a punto de escuchar con María Esclapez, me quedé prendada a una flor. Y quizá no somos tan diferentes. Por lo menos, poéticamente hablando. Quizá, el dialogo susurrado en los rincones mas intimos de nuestra mente, que moldea nuestras creencias, valores y nuestro propio lugar en el mundo, nos rodea como las raíces que buscan agua en las profundidades del suelo. quizá, las relaciones que tenemos con las personas que nos rodean, se parecen a los rayos de sol que necesita la planta para crecer fuerte.