La Sala Penal del Tribunal Supremo ha decidido imputar al exministro José Luis Ábalos. Con la tragedia provocada por la DANA ha quedado en un segundo lugar, algo que satisface a Sánchez, porque es un escándalo de unas dimensiones tan enormes que hasta la izquierda mediática se ve obligada a prestarle atención. Por supuesto, con una intensidad que nada tiene que ver con la dedicación que prestaron a Gürtel. Nunca espero nada en este terreno, porque la armada sanchista funciona con la precisión de un reloj suizo. El País y la Ser cumplen el papel que les marca el millonario José Miguel Contreras, a la espera de sustituir a Oughourlian como presidente del grupo Prisa. Por su parte, RTVE asume gozosa su conversión en el canal temático del PSOE, aunque lo será con mayor intensidad cuando se produzca el cambio en el Consejo de Administración. No quiero imaginar qué hubiera sucedido si el PP asaltara de esta forma tan grosera y sectaria el ente público. La política informativa de su comisariado será la propia del comunismo y estará al nivel de la degradación que somete Sánchez a la Administración y los órganos constitucionales.