Abdías-158 Dios protege a Su pueblo

17 de ago. de 2023 · 10m 17s
Abdías-158 Dios protege a Su pueblo
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El pequeño libro de Abdías es una declaración de condena al pueblo de Edom. Pero ¿quienes eran los edomitas? . Recordemos que Isaac, el hijo de Abraham, se casó con...

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El pequeño libro de Abdías es una declaración de condena al pueblo de Edom. Pero ¿quienes eran los edomitas? . Recordemos que Isaac, el hijo de Abraham, se casó con la bella pastora que Dios proveyó para él, y Rebeca dio a luz mellizos. Esaú, el primogénito por minutos era rojizo y velludo, nos dice la Biblia, y diestro para la caza, y Jacob, el menor, más casero y tranquilo, creció para dedicarse al cuidado del ganado familiar.

Aunque a Esaú le hubiera pertenecido la primogenitura, este se la cedió a su hermano por un plato de pojate, y Jacob se aprovechó de esto para recibir la bendición de su padre. A través de Jacob, Dios continuó la linea de la promesa, llevando este el nombre de Israel. Esaú se enfureció con su hermano, aunque después lo recibió a su vuelta a la tierra. Mas nos cuenta la historia que los edomitas, sus descendientes, siempre tuvieron conflicto con sus hermanos los israelitas. Los edomitas podrían haber aceptado los hechos y haber establecido alianza con Israel, mas nunca llegaron a aceptar que los israelitas fueran los que llevarían la linea de la promesa. La actitud envidiosa y vengativa de los edomitas creó un continuo conflicto y rivalidad entre estos dos pueblos hermanos.

Abdías está denunciando el mal que Edom había hecho y anunciando la destrucción que le sobrevendría por sus acciones.

En los versículos 12-14 Abdías declara a Edom el mal que habían hecho:

“Pues no debiste tú haber estado mirando en el día de tu hermano, en el día de su infortunio; no debiste haberte alegrado de los hijos de Judá en el día en que se perdieron, ni debiste haberte jactado en el día de la angustia. No debiste haber entrado por la puerta de mi pueblo en el día de su quebrantamiento; no, no debiste haber mirado su mal en el día de su quebranto, ni haber echado mano a sus bienes en el día de su calamidad. Tampoco debiste haberte parado en las encrucijadas para matar a los que de ellos escapasen; ni debiste haber entregado a los que quedaban en el día de angustia.”

Abdías 3 declara “La soberbia de tu corazón te ha engañado, tú que moras en las hendiduras de las peñas, en tu altísima morada; que dices en tu corazón: ¿Quién me derribará a tierra?”

El profeta los acusa de soberbios, y otros profetas hablan también de Edom, acusándolos de las mismas acciones.

Leemos en Amós 1:11 “Así ha dicho Jehová: Por tres pecados de Edom, y por el cuarto, no revocaré su castigo; porque persiguió a espada a su hermano, y violó todo afecto natural; y en su furor le ha robado siempre, y perpetuamente ha guardado el rencor.”

Isaías anuncia que Edom sería destruido, y Jeremías explica que es su arrogancia lo que los había llevado a tal conducta.

Ezequiel 35:5 les dice “Por cuanto tuviste enemistad perpetua, y entregaste a los hijos de Israel al poder de la espada en el tiempo de su aflicción, en el tiempo extremadamente malo,” Y les dice en el versículo 35:15:

“Como te alegraste sobre la heredad de la casa de Israel, porque fue asolada, así te haré a ti; asolado será el monte de Seir, y todo Edom, todo él; y sabrán que yo soy Jehová.”

Edom, en actitud arrogante y vengativa se había aprovechado la desgracia de Israel para hacerles daño. No solo no les habían ayudado, sino que se habían alegrado de su dolor y habían atacado cuando más débil estaba Israel. Y por este mal serían juzgados y condenados.

¿Cómo fue destruido Edom? Lo cierto es que Dios los declaró culpables, mas cuando leemos sobre su destrucción, vemos que fueron sus propias tácticas las que los llevaron a la destrucción. Lo que ellos habían hecho al pueblo de Israel, los pueblos con los que habían estado aliados lo harían a ellos.

Como dice en el versículo 15 a Edom, “como tú hiciste se hará contigo”

El versículo 7 nos muestra que aquellos con los que habían pactado les engañaron como ellos habían engañado a su pueblo hermano. Dice: “Todos tus aliados te han engañado; hasta los confines te hicieron llegar; los que estaban en paz contigo prevalecieron contra ti; los que comían tu pan pusieron lazo debajo de ti; no hay en ello entendimiento.” No podrían entender cómo sus aliados se volverían contra ellos, pero así sucedería.

Edom, por su soberbia y malicia hacia el pueblo de Dios fue destruido en su propia maldad. Así como Dios cuidó del pueblo de Israel, Él está cerca siempre, listo para defender a los suyos.

Abdías tiene un mensaje de esperanza para el pueblo de Israel. Es cierto que los pueblos los habían atacado, Edom su hermano no los había defendido, sino que habían aprovechado su debilidad para hacerles más daño, pero en el versículo 17 Abdías reitera la promesa, como la hemos visto anteriormente: “Mas en el monte de Sion habrá un remanente que se salve; y será santo, y la casa de Jacob recuperará sus posesiones.”

Gracias a Dios que es siempre fiel a los suyos. Romanos 8:31 nos presenta la pregunta: “Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?”

Y es que, como continua en el 32, “El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?” Si Dios ha dado a Su hijo Cristo para salvarnos de nuestros pecados, qué nos puede faltar?

¿Dudas cuando la vida misma o aquellos a tu alrededor no te dan el trato que desearías? ¿Has compartido tus cargas con Dios? El que ha prometido estar con aquel que le busca y acompañarte en la aflicción, es fiel. Sus promesas son seguras. Ven a Él para salvación y disfruta de su amor inalterable.
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Autor David y Maribel
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