El reciente escándalo vinculado al 'caso Koldo' ha vuelto a poner de manifiesto una realidad persistente en España: la corrupción política es un problema arraigado de la sociedad española. Si nos fijamos en los datos del Índice de Percepción de la Corrupción, que elabora anualmente la organización Transparencia Internacional desde 1995, la lucha contra la corrupción en España se estancó durante el 2023, se mantiene igual que el año anterior. Un resultado que “no es motivo de satisfacción ni tranquilidad” para la organización ya que la tendencia a la baja en los dos años anteriores “evidencia un estancamiento” para avanzar en la prevención y lucha contra esta lacra. España se sitúa en el puesto 14 de los 27 Estados miembros de la UE, por debajo de Portugal y por encima de Italia. Hoy nos preguntamos si ¿El corrupto nace o se hace? ¿Qué factores intervienen en que una persona se corrompa? ¿Está la tentación arraigada en nuestro cerebro o es el entorno el que nos tienta? Hablamos con Luis Fernández Ríos, psicólogo y autor del libro "Psicología de la corrupción y de los corruptos". El psicólogo Fernández Ríos, nos argumenta que hasta la fecha no se han encontrado pruebas concluyentes de una predisposición genética hacia la corrupción. Afirma que la corrupción es principalmente una conducta aprendida, influenciada por el entorno social y político de una persona. Enfatiza que los corruptos tienden a carecer de emociones morales como culpa y vergüenza, lo que les permite justificar sus acciones de manera egoísta y sin preocuparse por las consecuencias negativas para los demás. Además, describe a los corruptos como individuos manipuladores, fríos e impulsivos, con una búsqueda de poder y reconocimiento materialista. A pesar de los numerosos escándalos de corrupción que han sacudido a España en el pasado, Fernández duda de que la sociedad haya aprendido realmente de ellos. Argumenta que la dinámica política en España está intrínsecamente enferma y que se necesitan reformas legislativas significativas para combatir eficazmente la corrupción. Propone la elección directa de alcaldes y presidentes del Gobierno como una posible solución para aumentar la transparencia y la rendición de cuentas en el sistema político español. Aunque reconoce la necesidad de seguir adelante y buscar soluciones prácticas, Fernández expresa su pesimismo sobre la posibilidad de mejorar los estándares éticos y políticos en España. Describe la situación actual como vergonzosa para el país y advierte que la corrupción puede persistir debido a una combinación de factores sistémicos y culturales arraigados en la sociedad española. Su análisis destaca la importancia de abordar tanto los aspectos individuales como los estructurales de la corrupción para lograr un cambio significativo en la sociedad española.See
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