Corintios-096 Todo se pega

28 de may. de 2024 · 6m 32s
Corintios-096 Todo se pega
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Como veíamos en la reflexión anterior, la ciudad de Corinto no era un ejemplo de moralidad.  Ser un cristiano en Corinto no era más fácil que ser un cristiano hoy...

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Como veíamos en la reflexión anterior, la ciudad de Corinto no era un ejemplo de moralidad. 
Ser un cristiano en Corinto no era más fácil que ser un cristiano hoy día. La inmoralidad era tal que había calado hasta el interior de la iglesia de Cristo. 

En los primeros tres versículos del capítulo 3, Pablo les habla sinceramente, de cómo les tenía que tratar como a bebés, porque no podían aún masticar: Les dice: “De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo. Os di a beber leche, y no vianda; porque aún no erais capaces, ni sois capaces todavía, porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres?

Pablo les llama la atención porque parece que no han madurado en la fe. Era normal que al principio, cuando les compartió la Palabra y creyeron, tuvieran la madurez de un bebé, necesitando ser alimentados con leche espiritual, y no con carne. Mas habiendo pasado el tiempo, estos creyentes seguían necesitando la leche, y no parecían haber avanzado. Mostraban señales de carnalidad, cuando debían ir transformandose por el Espíritu, de gloria en gloria, llegando a ser más como Cristo.

Su inmadurez y carnalidad eran evidentes por los celos y disensiones que había entre ellos.

Además de las contiendas, y divisiones, la iglesia de Corinto también pecaba de una tolerancia que no agradaba a Dios. Seguramente en Corinto, como hoy día, la tolerancia se veía como algo positivo, pero los creyentes no debían tolerar lo que Dios había calificado de inmoral. 

Debemos respeto a cada ser humano, aunque no estemos de acuerdo con sus opiniones o estilos de vida, pero no tenemos que tolerar, o aceptar, sus acciones, y mucho menos apropiarlas en nuestras vidas. 

En el capítulo 5 Pablo tiene que tratar el tema de la inmoralidad personal que igualaba y sobrepasaba lo que practicaban en el pueblo: “De cierto se oye que hay entre vosotros fornicación, y tal fornicación cual ni aun se nombra entre los gentiles; tanto que alguno tiene la mujer de su padre.”  La iglesia de Corinto, estaba permitiendo las prácticas inmorales de algunos en la congregación y hasta se sentían orgullosos de lo tolerantes que eran. Es en este contexto que Pablo pronuncia “No es buena vuestra jactancia. ¿No sabéis que un poco de levadura leuda toda la masa? Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros.”

Con este texto les está advirtiendo que una vida de pecado evidente que se permite en la congregación puede llegar a contagiar a otros, que pueden pecar excusándose por el ejemplo de los que están en desobediencia a Dios. Un poco de levadura podía afectar a toda la masa. Es por eso que les dice que no deben consentir el pecado, sino confrontarlo, para que haya arrepentimiento y reconciliación. Y si la persona insiste en su pecado, deben separarse del que insiste en vivir una vida de pecado.

Curiosamente, cuando les dice en el texto que no se junten con los pecadores, no les está hablando de personas de su barrio o familiares, sino que les dice: “Os he escrito por carta, que no os juntéis con los fornicarios; no absolutamente con los fornicarios de este mundo, o con los avaros, o con los ladrones, o con los idólatras; pues en tal caso os sería necesario salir del mundo. Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón”

Pablo deja claro que el que juzga a cada uno es Dios, mas cuando nos juntamos en congregación para adorar a Dios, debemos esperar de los que profesan a Dios que actúen conforme a las leyes de Dios.

Todo se pega, por tanto, busca la comunión cristiana con aquellos que desean agradar a Dios. No esperes que sean perfectos, porque solo Dios lo es. Pero como creyentes debemos ir mostrando una madurez creciente y un deseo de agradar al que nos dio la vida.
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Autor David y Maribel
Organización David y Maribel
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