El fraude de las especias
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Descripción
Desde que empezaron a usarse en la antiguedad, las especias fueron uno de los elementos más caros y valiosos del planeta. Servían de condimento para la comida, para darles más...
mostra másLa humanidad tal y como se conoce hoy en día no se entendería sin las especias. Empezaron a comercializarse en Asia hace más de 4.000 años, y desde ese momento empezaron a desarrollarse rutas que las llevaron a todo el planeta. De China iban a la India, allí los comerciantes árabes las llevaron a Oriente Medio a través de rutas terrestres, y desde allí llegaron al Mediterráneo, donde se convirtieron en objetos clave, y muy demandados por las élites.
Durante la Edad Media los comerciantes venecianos tuvieron prácticamente el monopolio de estas rutas en Europa Occidental, moviendo 2.000 toneladas al año. Prácticamente la mitad correspondía a pimienta negra, la reina de las especias.
Fruto de esta pasión por las especias, junto con otros productos asiáticos, exploradores españoles y portugueses se lanzaron en búsqueda de nuevas rutas marítimas hacia las indias, lo que acabó derivando en el descubrimiento de América. Allí conocieron nuevas especias que también se convirtieron en muy apreciadas, como la vainilla o el chocolate, entre muchas otras.
Toda esta introducción para recordar que la humanidad y su evolución hasta lo que es hoy no se entendería sin las especias. Impulsaron rutas comerciales, la creación de nuevas ciudades, de nuevas relaciones internacionales... con todo lo que eso supuso en su desarrollo.
Un producto que sigue siendo clave en las cocinas de todo el mundo, con nuevos usos impulsados por el auge de los chefs más innovadores, y que siguen moviendo 4.000 millones de euros al año en todo el mundo.
Son, por supuesto, un gran negocio. Uno tan grande que también ha desarrollado sus propios sistemas de estafa. Un porcentaje de las especias que se consumen en Europa están adulteradas. Por ejemplo, el dato más llamativo, es que casi la mitad del orégano que llega hasta nuestros platos es fraudulento.
Así lo refleja un estudio del Centro Común de Investigación, impulsado por la Unión Europea, a partir del análisis de casi 2.000 muestras, que refleja, por ejemplo, que que casi la mitad de orégano está adulterado con material vegetal más barato, principalmente con hojas de olivo.
La pimienta, el comino, la cúrcuma, el azafrán o el pimentón también se ven afectados por estas trampas, aunque en este caso las tasas de sospecha son más bajas.
Los trucos que utilizan los estafadores para adulterar los productos son variados. Mezclan la semilla pura con otros elementos de relleno, sintéticos o naturales, aceites, grasas o muestras de otras especias más baratas para aumentar el peso artificialmente. En otros casos, detectaron colorantes no autorizados. Todo buscando multiplicar sus ganancias ilegalmente.
Se trata de un comercio a escala mundial, con muchos actores involucrados, y una extensa cadena de suministro. Tan extensa que muchas veces se produce, se envasa y se distribuyen en países distintos. Si a eso se suma su alto precio, se crean importantes oportunidades de fraude.
Además, las laxas legislaciones de sus países de origen, la mayoría ubicados en Asia, Latinoamérica, África o el Caribe, junto con la complejidad del proceso, dificulta la detección de esta actividad ilícita, y también la identificación de sus responsables.
Ante el elevado volumen de fraude detectado y los riesgos que podría suponer para la salud de los consumidores, la OCU pide a las autoridades nacionales que se refuercen los controles tanto en aduanas como en mercado interior, tal y como lo ha solicitado la Comisión Europea.
Información
Autor | elEconomista |
Organización | elEconomista |
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