EP37 - ¿Por qué es tan difícil cambiar?

20 de jun. de 2020 · 25m 15s
EP37 - ¿Por qué es tan difícil cambiar?
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Para que te des una idea del por qué hago esto. Cuando eres un alcohólico de closet que ha dejado de beber más veces de las que se pueden contar,...

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Para que te des una idea del por qué hago esto. Cuando eres un alcohólico de closet que ha dejado de beber más veces de las que se pueden contar, comenzar un podcast para hacerme responsable de la manera más pública posible parece una buena idea. Compartiré las luchas, los triunfos y cada lección que esté aprendiendo en el camino. Mientras lo hago, invitaré a otros a compartir sus historias de adicción y recuperación para que pueda aprender de ellos y recordarme: NO ESTÁS SOLO.    Dejar de beber es solo el comienzo, mantenerme sobrio y luego convertirme en la persona que sé que debo ser es la verdadera aventura. ¿Te quieres unir a mi?   ¿Por qué es tan difícil cambiar? ¿Por qué es tan difícil cambiar aún si sabemos que no hacerlo implica o implicará mucho daño personal?   Muchos de nosotros vemos los cambios como algo tan difícil, que nos convencemos a nosotros mismos de que somos incapaces de lograrlos. Y peor aun, cuando el diálogo que pasa en nuestro interior es negativo, seguramente será el doble o el triple de difícil de conseguirlo. La posibilidad del cambio tiene el poder de detonar ansiedad, y si tú ya lo has intentando antes, sabes que la ansiedad es cosa sería.   El miedo a lo desconocido, el miedo al fracaso y, fundamentalmente, el miedo a sufrir son las primeras barreras a las que nos tenemos que enfrentar para dar paso al cambio que buscamos en nuestras vidas. Esto se debe a que cambiar siempre supone una decisión personal y requiere entonces que la propia persona, que quiere cambiar valore, si es quiere permanecer cómo está o si quiere lanzarse al terreno de lo desconocido, y aquí es donde empiezan los problemas ya que lo desconocido se asocia con la idea de la inseguridad pues pierdes control sobre lo que vaya a suceder. La incertidumbre es una sensación “llena” de vacío y puede apoderarse muy fácilmente de nosotros en forma de angustia.    Es por esto que solemos generar zonas de confort, zonas de confort que generan una percepción de seguridad, pero que al final se quedan sólo en eso: una percepción, ya hablé de ello en el episodio 34. Así que, cuando queremos cambiar algo, muchas veces esta sensación puede ser tan fuerte que preferimos quedarnos en nuestra zona confort, que es precisamente eso que conocemos bien, no importa si es malo o desagradable. Este acto de elegir no cambiar por miedo a lo que vendrá, es lo que provoca la resistencia al cambio.   Tengo una lista con algunas de las razones por las cuales nos resulta difícil cambiar, recuerda que estas son solo unas cuantas de las muchas que quizá existan:   Por temor a no lograrlo, desde un principio nos visualizamos no consiguiendo la meta, y una vez que empezamos es muy fácil auto-sabotearnos, con la única intención de asegurarnos de no conseguir el éxito y renunciar de manera casi inmediata a siquiera intentarlo. Porque es más fácil seguir viviendo en la rutina conocida, que lanzarnos a lo desconocido. Porque no sabemos cómo hacerlo, y eso nos pasa a muchos, o también porque creemos que se trata sólo de tener fuerza de voluntad. Porque todo cambio requiere esfuerzo y en ocasiones estamos tan a gusto yendo por la vida sin compromisos u obligaciones, que el simple hecho de pensar en tener que esforzarnos nos incomoda  Porque lo hacemos por la razón equivocada: no porque queremos, sino porque debemos. Como Cuando alguien nos presiona para que lo hagamos; incluso cuando creemos que obtendremos un beneficio, aunque este no sea de nuestro agrado.   Día tras día nos decimos a nosotros mismos que desde mañana algo va a cambiar. Sabemos que es lo mejor para nosotros, que nos sentiremos bien si lo hacemos y sin embargo cuando llega el momento de pasar a la acción, volvemos a posponerlo para el día siguiente, o si empezamos no dura mucho antes de que volvamos a los hábitos de siempre, porque no estamos convencidos.   Seguramente te ha pasado por la mente el: "Ya es demasiado tarde para cambiar. Siempre fui y seguiré siendo así"   Quien vive con esa actitud se está creando una realidad que no tiene por qué ser así. El ser humano está en constante evolución y crecimiento. No somos seres estáticos. Nunca es demasiado tarde para intentar cambiar, para comenzar de nuevo, para mejorar nuestro carácter, para restaurar una relación, para arrepentirnos y pedir perdón.    ¿Por qué nos pasa esto? ¿Por qué es tan difícil cambiar? Estoy seguro que habrá una infinidad de razones pero aqui solo te quiero comentar de algunas que son comunes y que nos impiden crear cambios positivos y duraderos en nuestras vidas.   La motivación es externa o superficial. El por qué deseamos crear un cambio en nuestras vidas es fundamental para que este se lleve acabo, ya que es la razón por la que queremos cambiar en primer lugar la que nos mantendrá motivados en el proceso hasta que los consigamos.   Cuando esta razón no es lo suficientemente poderosa, o no tiene el valor suficiente como para compensar el esfuerzo que se requiere para cambiar, tarde o temprano volveremos al punto de partida. Esto es lo que ocurre cuando la razón por la que queremos cambiar viene de fuera, por ejemplo, por que es la moda y todo el mundo lo hace, o por que gente querida nos dice que es lo mejor para nosotros; o el beneficio que nos genera no es lo suficientemente importante para el esfuerzo de llevarlo a cabo.   A la hora de hacer un cambio en nuestras vidas, debemos de prestar especial atención a la razón por la que lo quieres hacer, y una vez que lo sabes hazte las siguientes preguntas: ¿Por qué es importante para mí este cambio?¿Cómo me voy a beneficiar personalmente si hago este cambio? ¿Está de acuerdo con mis valores y con quién yo soy o con quiero ser? Si las respuestas te convencen, adelante, ya la llevas de gane.   Creencias limitadoras. En el fondo creemos que no lo vamos a conseguir, que no tenemos la suficiente fuerza de voluntad, o que somos demasiado débiles para conseguirlo.   Estos pensamientos no solo despiertan el miedo a fallar, a sentirnos decepcionados con nosotros mismos, y a decepcionar a los demás, si no que además influyen en nuestras acciones, y esta forma de pensar termina provocando aquello mismo que estamos intentando evitar. De esta forma nuestras creencias limitadoras, prácticamente se vuelven profecías de lo que acaba ocurriendo; cómo no creemos que lo podamos conseguir, no nos esforzamos, y como no nos esforzamos, no lo conseguimos.   La fuerza de estas creencias reside en considerar que el fallar, o el no conseguirlo a la primera, es algo desastroso que hay que evitar a cualquier precio. Ahora bien, si consiguiésemos pensar que eso no es del todo cierto, y que fallar no es más que un paso en el camino hacia donde nos dirigimos y además ese “posible” fracaso es necesario para aprender y mejorar, entonces el miedo a fallar no sería tan grande y encontraríamos la fuerza necesaria para seguir adelante.La clave, por lo tanto está, en redefinir el significado que le damos a la palabra fallar, puedes escuchar el episodio “el recaer no es fracasar”.   Nos enfocamos en las circunstancias. Con frecuencia creemos que para crear un cambio, algo o alguien tiene que cambiar, poniendo todo nuestro empeño en cambiar las circunstancias, pero sobre todo esas que se escapan a nuestro control, o intentamos hacer cambiar a otras personas, y lo único que conseguimos a cambio es frustración y sentimiento de impotencia.   Hay alguien que dijo: “Si no te gusta algo, cámbialo, si no puedes cambiarlo, cambia la forma en la que piensas sobre ello”   Y es que, independientemente de la situación, o independientemente de la persona, siempre podemos cambiar la perspectiva como la miramos, y percibirla desde un punto de vista que nos ayude a aceptarla, a comprenderla o incluso entenderla.   Nuestro pensamiento, e interpretación de los hechos, está siempre bajo nuestro control. La próxima vez que te encuentres intentando cambiar las circunstancias externas hazte las siguientes preguntas: ¿Qué puedo modificar yo para que esta situación cambie? ¿De qué otras formas puedo interpretar o ver esta situación? ¿De qué manera puedo ver esta situación de una forma constructiva y quedarme solo con lo que me sirve?   Lo queremos hacer solos. Y creemos que así tendrá más mérito, o por lo menos eso es lo que nos dice nuestro ego. Visto desde esta manera, el hecho de pedir ayuda, o apoyo, le quita valor a lo que conseguimos y es una de las razones por las que decidimos intentarlo solos, y también vale la pena mencionar que en muchas ocasiones creemos que al pedir ayuda alguien nos juzgará por “nuestro problema” o que nadie nos va a entender.   El entusiasmo que le pones al principio te ayudará a moverte en la dirección deseada pero va a decrecer con el tiempo, y va a ser ahi cuando el apoyo externo, es decir, el apoyo de alguien mas será fundamental para recuperar esa ilusión y la motivación con la que empezaste.   Es importante, bastante importante que antes de comenzar un cambio busques apoyo a tu alrededor, créeme, esto me lo he repetido tantas veces que espero algún día convencerme a mi mismo de qué ahi afuera hay alguien que me podrá ayudar y que me entenderá. Cuéntale el cambio que vas a hacer a alguien en quien confíes, o que respetes, cuéntale de las metas que tienes en mente y por qué es importante para ti hacerlo. Incluso le puedes pedir que te ayude a hacerte responsable de cumplir lo que le estás diciendo, y que te pregunte de vez en cuando como vas con tu proceso, y si se puede ojalá y también te ayude a recordar por qué es importante para ti lo que estás haciendo sobre todo en esos momentos de debilidad.   Nos centramos en la dificultad. Cuando ponemos nuestra atención en lo difícil que es el cambiar, el esfuerzo que tenemos que hacer, lo duro que va a ser y gastamos toda nuestra energía en estos pensamientos el cambio que tanto deseábamos pierde su encanto.   En los momentos en que el cambio pierde su sentido debemos aprender a motivarnos a nosotros mismos. Una de la mejores formas e
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Autor Gregory Chiñas
Organización Gregory Chiñas
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