Evangelios-016 Los milagros de Jesús

29 de ene. de 2024 · 6m 14s
Evangelios-016 Los milagros de Jesús
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Hemos visto que la Palabra de Dios que nosotros hemos recibido nos declara la identidad de Cristo, haciendo innecesaria ninguna otra señal. Ya tenemos la evidencia de la identidad del...

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Hemos visto que la Palabra de Dios que nosotros hemos recibido nos declara la identidad de Cristo, haciendo innecesaria ninguna otra señal. Ya tenemos la evidencia de la identidad del Mesías, y ahora recae en nosotros la responsabilidad de creer o no en Cristo el Salvador.


Los milagros de Jesús en el nuevo testamento se pueden dividir en cuatro apartados; los que muestran el poder de Jesús sobre la naturaleza, los que muestran el poder de Jesús sobre la enfermedad, aquellos que muestran su poder sobre las fuerzas espirituales, y los que muestran su poder sobre la muerte.

El los evangelios vemos que Jesús mostró su deidad al controlar fenómenos naturales. Como Creador y sustentador del universo, no hay nada que le pase desapercibido. Alguno pensará, si Dios puede controlar la naturaleza, ¿por qué ocurren los desastres naturales? Lo cierto es que la Biblia nos dice que Dios creó el mundo perfecto, mas el hombre eligió un mundo al margen de Dios. A partir de la caída en Edén, nos dice la Biblia que hasta la tierra gime, esperando la redención. En este texto de Romanos 8:22-23 vemos que los desastres naturales son otra consecuencia de las decisiones del ser humano, y que toda la creación espera, como nosotros, el día de la redención.

Jesús también mostró su poder sobre la enfermedad. Lo mostró sanando a muchos enfermos, jóvenes y mayores, hombres y mujeres, ricos y pobres. A través de sus sanaciones, Jesús mostró su deidad.

Hay personas por ahí que quieren hacer creer que ellos pueden hacer milagros. Esto no viene de parte de Dios, y Mateo 24:24 nos lo advierte. Dios es el Sanador, mas no ha dejado ningún indicio de que haya dado el don de sanación para ejercer en nuestros días. Damos gracias a Dios que ha permitido que la medicina se desarrolle y hayamos aprendido a frenar procesos degenerativos y evitar la muerte temprana en muchas ocasiones. Pero la época de las señales milagrosas acabó con la época de los apóstoles de Jesús.

Esto no quiere decir que Dios no haga milagros hoy en día. Realmente no somos conscientes de la obra que Dios ejerce día a día para que podamos vivir. No querríamos saber cómo sería vivir en esta tierra sin el continuo cuidado del Señor.

Cuando Jesús sanaba el cuerpo, solía recordar que más milagroso que quitar enfermedades era su capacidad única de quitar el pecado del ser humano. El perdón de pecado sobrepasaba cualquier sanación.

En tercer lugar, Jesús mostró que Él era poderoso para vencer y subyugar las fuerzas espirituales. Mostró a través de diferentes milagros que él tenía poder para echar fuera demonios, liberando a diferentes personas de ataduras satánicas. La Biblia nos enseña que en un futuro, Cristo destruirá el mal para siempre, pero en su tiempo aquí en la Tierra dio muestras de que de verdad tenía poder sobre el maligno.

Por último, Jesús mostró su poder sobre la muerte. Esto lo hizo a través de la resurrección del hijo de la viuda, y de la hija de Jairo, y la resurrección de su amigo Lázaro. Y por supuesto, dejó claro que el seol no prevalecería sobre él al resucitar él mismo de la muerte. Una vez más, aunque Dios tiene poder sobre la muerte, no quiere decir que cuando alguien muere, Dios nos ha fallado o abandonado. El que es poderoso para dar vida y para quitarla es el ser justo y amoroso por excelencia. En este mundo caído, no llegamos a entender el propósito de la enfermedad y la muerte, pero a pesar de nuestra falta de entendimiento, podemos descansar en la verdad de que si le hemos confesado nuestros pecados y hemos confiado en Cristo como Salvador, la muerte no nos puede separar del amor de Dios (Romanos 8:38-39).

Gracias a Dios por mostrarnos su poder a través de los milagros registrados en los evangelios. Y gracias por la confianza que podemos tener de que, aunque tendremos que pasar por desastres, enfermedad, luchas espirituales e incluso la muerte, podemos descansar en el cuidado que Dios tiene de nosotros, sabiendo que nada ni nadie nos puede separar de su gran amor.
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Autor David y Maribel
Organización David y Maribel
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