Evangelios-045 El valor del evangelio

8 de mar. de 2024 · 6m 37s
Evangelios-045 El valor del evangelio
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El valor del evangelio (el tesoro enterrado, la perla) Mateo 13:44-46 El Señor Jesús compartió dos parábolas que ilustran el reino de los cielos. Son muy cortas, pero el mensaje...

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El valor del evangelio (el tesoro enterrado, la perla)
Mateo 13:44-46

El Señor Jesús compartió dos parábolas que ilustran el reino de los cielos. Son muy cortas, pero el mensaje es precioso. Ambas nos hablan del valor intrínseco que tiene el evangelio. Tanto, que como el Señor dice en Mateo 16:26, “¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?”

Sin duda, el destino de tu alma tiene mucha más importancia que cualquier otro asunto aquí en la Tierra, y por lo tanto, el evangelio de las buenas nuevas de Jesucristo tiene más valor que cualquier otra cosa que se pueda desear.

Dijo así Jesús: “el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo.”

El Señor Jesús presenta a un hombre que va caminando por un campo y encuentra un tesoro, pero como el campo donde lo encontró no le pertenece, lo entierra donde estaba. Va entonces y busca al dueño del terreno, y le pregunta cuánto quiere por el campo. El precio que el dueño pide es mucho, pero este hombre sabe el tesoro que este campo esconde. Así que pone en venta todas sus posesiones para poder recoger el dinero suficiente para comprar el terreno. Y cuando lo compra, puede disfrutar del tesoro que ahora sí le pertenece. Todo aquello de lo que ha tenido que desprenderse vale la pena, porque lo que ha ganado es mucho más valioso que cualquier cosa que hubiera podido tener anteriormente.

Por si los oyentes no habían comprendido bien la idea, Jesús les contó también otra parábola, hablando de una perla de gran precio. Dijo así:

“También el reino de los cielos es semejante a un mercader que busca buenas perlas,
que habiendo hallado una perla preciosa, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró.”

Este mercader en la historia es capaz de identificar el valor de esta perla preciosa, y sabe que aunque tenga que cambiar todo lo que tiene por conseguir esta perla, cualquier cambio vale la pena, porque nada de lo que tiene supera el valor de esta.

Ambas historias tratan de un tesoro; en la primera, la persona no anda buscando; sin embargo lo encuentra, y cambia su vida. En la segunda, el protagonista anda buscando el tesoro hasta que lo encuentra. Pasa así con el reino de Dios. Hay personas que van por su propio camino, y Dios se les presenta a través de circunstancias o personas, y una vez conocen a Cristo, sus vidas cambian.
En otros casos, Dios pone una sed de Él en el corazón de la persona y eso inicia una búsqueda de la verdad. Puede que pase por diferentes lugares donde no se halle la verdad de Cristo, mas Dios promete que el que busca hallará, y aquel que desea conocer a Dios llegará a su encuentro.

En ambas ocasiones, el evangelio hallado no tiene precio. La vida de gozo y paz que Cristo ofrece para la eternidad no se puede comparar con nada, material o inmaterial.

Es por eso que el que halla a Dios halla el mayor tesoro. Qué bendición haber conocido a Cristo y poder disfrutar de ese tesoro incalculable.

En los versículos 51-52 del capítulo 13 de Mateo, el Señor “Jesús les dijo: ¿Habéis entendido todas estas cosas? Ellos respondieron: Sí, Señor. El les dijo: Por eso todo escriba docto en el reino de los cielos es semejante a un padre de familia, que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas viejas.”

Así es el día a día en el camino del Señor. Podemos encontrar tesoros antiguos ya descubiertos, y nuevos tesoros que Dios nos muestra día a día.
¿Cómo llevamos eso? ¿Somos como ese padre de familia? ¿Estudiamos Su Palabra para sacar tesoros nuevos de su Palabra y disfrutar de los que ya hemos descubierto con anterioridad?

Como el salmista dice en el Salmo 119:162, “Es tal la alegría que me causa tu palabra que es como hallar un gran tesoro.” (RVC)

Indaguemos en la Palabra cada día para disfrutar de los tesoros que nos ofrece el Señor.
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Autor David y Maribel
Organización David y Maribel
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