Ezequiel-147 El valle de los huesos secos

2 de ago. de 2023 · 6m 59s
Ezequiel-147 El valle de los huesos secos
Descripción

Dios había prometido que Su pueblo volvería a revivir, y se arrepentiría de su camino e iría en busca de Dios un día. Esto no ocurriría en los días de...

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Dios había prometido que Su pueblo volvería a revivir, y se arrepentiría de su camino e iría en busca de Dios un día. Esto no ocurriría en los días de Ezequiel, y aún en los nuestros no se ha llegado a ver, pero sin duda ese día llegará.

En el capítulo 37 de Ezequiel, el profeta nos narra cómo Dios lo llevó a un valle lleno de huesos humanos, huesos secos ya, que no tenían tejido vivo en ellos y le preguntó Dios: “Hijo de hombre, ¿vivirán estos huesos?”

Nos cuenta el encuentro Ezequiel (37:3-6):
“Y dije: Señor Jehová, tú lo sabes. Me dijo entonces: Profetiza sobre estos huesos, y diles: Huesos secos, oíd palabra de Jehová. Así ha dicho Jehová el Señor a estos huesos: He aquí, yo hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis. Y pondré tendones sobre vosotros, y haré subir sobre vosotros carne, y os cubriré de piel, y pondré en vosotros espíritu, y viviréis; y sabréis que yo soy Jehová.”

Y así fue, nos sigue narrando Ezequiel cómo ocurrió:

”Profeticé, pues, como me fue mandado; y hubo un ruido mientras yo profetizaba, y he aquí un temblor; y los huesos se juntaron cada hueso con su hueso. Y miré, y he aquí tendones sobre ellos, y la carne subió, y la piel cubrió por encima de ellos; pero no había en ellos espíritu. Y me dijo: Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu: Así ha dicho Jehová el Señor: Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos, y vivirán. Y profeticé como me había mandado, y entró espíritu en ellos, y vivieron, y estuvieron sobre sus pies; un ejército grande en extremo.”

Algo extraño e increíble había ocurrido en ese valle. ¿Por qué había hecho esto Dios? ¿Qué quería comunicar con todo esto?

Continúa narrando Ezequiel:

”Me dijo luego: Hijo de hombre, todos estos huesos son la casa de Israel. He aquí, ellos dicen: Nuestros huesos se secaron, y pereció nuestra esperanza, y somos del todo destruidos. Por tanto, profetiza, y diles: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo abro vuestros sepulcros, pueblo mío, y os haré subir de vuestras sepulturas, y os traeré a la tierra de Israel. Y sabréis que yo soy Jehová, cuando abra vuestros sepulcros, y os saque de vuestras sepulturas, pueblo mío. Y pondré mi Espíritu en vosotros, y viviréis, y os haré reposar sobre vuestra tierra; y sabréis que yo Jehová hablé, y lo hice, dice Jehová.”

Esta fue una manera clara y vívida de explicar lo que Dios quería hacer con su pueblo. La intención de Dios estaba sobre la mesa. Ese era su plan, y su plan no cambiaría. Cuando Dios habla, Dios hace. Es más, el versículo 14 dice: cuando esto ocurra, sabréis que yo (Dios) hablé, y lo hice, dice Jehová.

En la historia reciente hemos podido ver cómo la primera parte de esta visión profética se hizo realidad, cuando de los confines de la tierra, la nación de Israel, que estaba muerta, sus huesos secos, fue transformada, juntados los huesos y restaurados los tendones, cubiertos de carne y piel, metafóricamente hablando. La nación de israel, contra todas las expectativas, volvió a resurgir físicamente. Mas como dice el texto de Ezequiel, “no había en ellos espíritu”. La nació existe, pero sus corazones todavía no han sido convertidos. Mas llegará el día en que Dios cumplirá el resto de la profecía.

Como ya se podía leer en Ezequiel 11:19 y se repetía en el 36:26, Dios dijo: “les daré un corazón, y un espíritu nuevo pondré dentro de ellos; y quitaré el corazón de piedra de en medio de su carne, y les daré un corazón de carne.”


Un día Dios soplará sobre ellos espíritu de vida, y todo el mundo sabrá que Dios es el que da vida; Él es el que cambia los corazones. El pueblo de Israel reconocerá a aquel que los amó, y toda aquel que en el mundo entero lo reconozca, participa ya de este espíritu de vida que solo Cristo puede dar. Dios, en su misericordia ha extendido esta vida a cada persona que reconociendo su condición (huesos secos, sin vida) recibe el Espíritu de Vida por medio de Jesucristo.

¡Qué bendición saber que lo que Dios dice, eso hará! ¿Te viene alguna promesa a la mente que Dios hace en su Palabra? Te animo a buscar y atesorar aquellas verdades de Dios que te pueden fortalecer en los momentos en que parece que solo ves huesos secos. Dios puede crear vida de la nada. Ya lo ha hecho, y lo sigue haciendo.

¿Llevas pidiendo a Dios que alguien que parece tener un corazón de piedra llegue a tener un corazón tierno, de carne? ¿Pierdes la esperanza de que esos huesos secos tengan algún día vida? No hay nada imposible para Dios. No dudes que su deseo es que tengamos vida, y que la tengamos en abundancia (Juan 10:10).
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Autor David y Maribel
Organización David y Maribel
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