El 30 de julio de 1912 muere el emperador Mutsohito, padre de la dinastía Meiji. No solo es atribuible a este hombre una dinastía sino el cambio de mentalidad de toda una nación, la modernización, el fortalecimiento militar y la expansión del comercio. Todo esto permitió que los músicos ampliaran su horizontes y la música tomara el rumbo de occidente, sin perder las raíces de una tradición milenaria. Es la era de compositores nacidos en la nueva capital del imperio, Tokio, con su emisora radial la N.H.K., que como lo hacían las europeas contaba con orquesta sinfónica. Maestros de música y músicos estudiarán en Europa y los Estados Unidos. Esta no es la historia de Japón del siglo XX, es la historia de la nueva era que cambió la mentalidad, aportó a la música y permitió que compositores japoneses como Toru Takemitsu fueran reconocidos dentro del canon occidental.