La tortilla de patatas es el plato estrella de la cocina española. La comida favorita de cientos de miles de personas. Se cocina en todas las casas, se ofrece en todos los bares y restaurantes... Pero su popularidad no evita que sea víctima de la crisis inflacionaria actual. De hecho, puede afirmarse que estamos ante la tortilla más cara de la historia.

Esto se debe a la fuerte subida que han sufrido los precios de los principales ingredientes de la tortilla. En concreto, el coste de cocinar una tortilla se ha disparado un 113% desde el año 2020, más del doble. Así lo refleja un estudio elaborado por la plataforma de inversión eToro. Este incremento es un reflejo del encarecimiento de productos básicos en España, como pueden ser las patatas, las cebollas, los huevos o el aceite de oliva. Es un alza muy superior, por ejemplo, a la registrada en este periodo por los alimentos y las bebidas no alcoholicas.

Si analizamos cada ingrediente de la tortilla individualmente, lo que más se ha encarecido desde enero de 2020 es la cebolla. Su precio en origen se ha disparado un 147%, hasta superar los 25 euros por cada 100 kilos. A continuación se sitúa la patata, cuyo coste se ha elevado un 134%; seguido del aceite de oliva, cuyo coste se ha disparado un 115%.

Al margen se quedan los huevos, cuyo precio se ha disparado "solo" un 55%, hasta 1,13 euros por docena. Solo en una situación de inflación desatada como la actual, con el IPC avanzando un 9% en septiembre, un incremento de precios como este puede parecer menor.

¿Cómo se explica esta situación con los costes de los alimentos? Hay que tener en cuenta diversos factores, como explica Javier Molina, analista senior de eToro. "Parte de la culpa se deriva del conflicto entre Ucrania y Rusia, como el encarecimiento de la factura energética, el aumento del coste de los fertilizantes, o los desajustes internacionales en la cadena de producción de ciertos alimentos, que han generado situaciones de escasez frente a la fuerte demanda", explica el experto.

En el caso de España se suman una serie de fenómenos meterorológicos extremos, que también han repercutido en los precios de los alimentos. Por encima de todos se encuentra la dramática sequía que vive el país desde el comienzo del verano, que se está dejando notar en el precio de producción de todos los alimentos, según Molina.

Los ingredientes básicos están caros, hacer una tortilla cuesta más dinero que nunca, y va a pasar tiempo antes de que la situación se revierta.