Los tractores y la siniestralidad muda del campo
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Descripción
Existe la sensación de que el sector agrario español cuenta con una baja siniestralidad. Por error, se ha creído que había pocos accidentes y de escasa gravedad. Por desgracia, este...
mostra másEsta siniestralidad muda, que viene denunciándose desde mediados del siglo pasado, está provocada por la forma de registrar los decesos en el campo. Las estadísticas oficiales solo recogen como accidente laboral cuando se trata de un trabajador por cuenta ajena. Deja fuera a los autónomos que no cotizan por accidentes laborales, a familiares y amigos que colaboran con el agricultor de forma puntual, los jubilados o las personas que no tienen la actividad agraria como la principal, pero sí que disponen de un huerto o una pequeña explotación. Todos están fuera de las estadísticas oficiales, lo que hace que no sean representativas del sector.
A lo que hay que sumar que, cuando se produce un accidente en un tractor, o en una máquina autopropulsada, por carreteras o caminos, se suelen incluir como siniestros de circulación, no como accidentes laborales del sector agrario. Y además en 2014 la DGT los reagrupó en una sola categoría, 'Máquinas de obras y agrícolas y tractores', por lo que ya ni siquiera es posible extraer la información de forma fiable.
Para tratar de arrojar luz sobre la siniestralidad en el sector agrario, la Fundación Mapfre ha publicado un informe, a partir de las noticias recogidas en los medios de comunicación en los últimos 10 años, que deja claro que los accidentes son mucho más numerosos que lo que reflejan las estadísticas oficiales.
En concreto, en esta última década han fallecido más de 1.100 personas en el campo. Y el tractor es el protagonista negativo de estas estadísticas, vinculado con casi 900 muertes. Y la mayoría, por vuelcos, que se producen sobre todo en las parcelas, pero también en carreteras y caminos. Cuando llevan remolques y cuando están labrando son aún más peligrosos.
La desgracia además es que muchos de los accidentes que acabaron siendo mortales eran evitables. Porque la mayoría no llevaban estructura de protección de vuelco, porque llevaban el arco abatido o porque el conductor no llevaba el cinturón puesto.
Tampoco puede omitirse el tema de la edad. La gran mayoría de siniestros mortales afectaron, sobre todo a hombres de edad bastante elevada, alcanzando casi los 60 años de media. Muchas de las víctimas tenían más de 65 años.
Hay varias cuestiones que ayudan a entener esta elevada siniestralidad. Por un lado, está el hecho de que los agricultores llevan a cabo gran variedad de tareas, con distintos tipos de maquinaria. Que deben realizar dichas tareas con urgencia, y casi siempre en solitario, y lejos de atención sanitaria. Factores que disparan el riesgo.
Tampoco puede obviarse la temporalidad propia del sector, con mucha mano de obra contratada únicamente en momentos de máxima carga de trabajo, con todo lo que ello supone.
La Fundación recuerda también que en España hay 1,1 millones de tractores, casi todos en funcionamiento, y que entre 300.000 y 400.000 no cuentan con la protección para vuelcos de la que hablábamos. Además, el 60% tiene entre 18 y 20 años, el doble que la media europea.
¿Qué se puede hacer para luchar contra este fatalismo? Los expertos consultados piden, antes de nada, mejorar la recogida de datos. Y después impulsar la renovación del parque, con vehículos modernos y mayores medidas de seguridad. Sin olvidar la importancia de la formación, en el uso seguro de los tractores.
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Autor | elEconomista |
Organización | elEconomista |
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