MelP_371-2Samuel_6_8-9
26 de jun. de 2020 ·
2m 30s
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Descripción
«Y se entristeció David por haber herido Jehová a Uza, y fue llamado aquel lugar Pérez-uza, hasta hoy. Y temiendo David a Jehová aquel día, dijo: ¿Cómo ha de venir...
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«Y se entristeció David por haber herido Jehová a Uza, y fue llamado aquel lugar Pérez-uza, hasta hoy. Y temiendo David a Jehová aquel día, dijo: ¿Cómo ha de venir a mí el arca de Jehová?» (2 Samuel 6:8-9)
David tuvo un buen deseo cuando decidió trasladar el arca de Dios a Jerusalén, pero una serie de malas decisiones le llevó al desastre. Pusieron el arca en un carruaje, tal como habían hecho los filisteos cuando lo devolvieron y luego cuando tropezaron los bueyes, Uza puso su mano sobre el arca para estabilizarlo y Dios lo mató al instante. Cuando el texto dice que David estaba entristecido, usa la misma palabra que en el versículo anterior aparece en la expresión ""el furor de Jehová se encendió"". En otras palabras, David estaba enfadado y frustrado. No entendía por qué había fracasado su plan. Cuando lees la historia, el problema es evidente: Dios había dado instrucciones claras a los levitas para el traslado del arca. David no sabía qué hacer pero la solución estaba delante de él en el libro sagrado. Más tarde cuando David siguió las instrucciones divinas, llegó a trasladar el arca sin ningún problema. Nosotros también a veces nos encontramos entristecidos y frustrados porque las cosas no salen como queremos. Debemos estar seguros de que estamos actuando según el plan de Dios.
Podemos evitar la tristeza y la frustración que experimentó David en esta historia si nos empapamos de la Palabra de Dios para que llegue a influir en todas las decisiones que tomamos. (David Bell)
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David tuvo un buen deseo cuando decidió trasladar el arca de Dios a Jerusalén, pero una serie de malas decisiones le llevó al desastre. Pusieron el arca en un carruaje, tal como habían hecho los filisteos cuando lo devolvieron y luego cuando tropezaron los bueyes, Uza puso su mano sobre el arca para estabilizarlo y Dios lo mató al instante. Cuando el texto dice que David estaba entristecido, usa la misma palabra que en el versículo anterior aparece en la expresión ""el furor de Jehová se encendió"". En otras palabras, David estaba enfadado y frustrado. No entendía por qué había fracasado su plan. Cuando lees la historia, el problema es evidente: Dios había dado instrucciones claras a los levitas para el traslado del arca. David no sabía qué hacer pero la solución estaba delante de él en el libro sagrado. Más tarde cuando David siguió las instrucciones divinas, llegó a trasladar el arca sin ningún problema. Nosotros también a veces nos encontramos entristecidos y frustrados porque las cosas no salen como queremos. Debemos estar seguros de que estamos actuando según el plan de Dios.
Podemos evitar la tristeza y la frustración que experimentó David en esta historia si nos empapamos de la Palabra de Dios para que llegue a influir en todas las decisiones que tomamos. (David Bell)
Información
Autor | David y Maribel |
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