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Un versículo de la Biblia junto con una meditación y una aplicación.
16 NOV. 2024 · «Porque ciertamente te libraré, y no caerás a espada, sino que tu vida te será por botín, porque tuviste confianza en mí, dice Jehová.» (Jeremías 39:18)
El profeta Jeremías no era muy popular en Jerusalén. Advertía a los moradores de la ciudad que la única forma de preservar sus vidas era entregarse a los ejércitos de Nabucodonosor. Los príncipes en Jerusalén llegaron a echar a Jeremías en una cisterna para callarle. Solo y sin comida en el lodo y la oscuridad, Jeremías creía que estaba a punto de morir. Pero gracias a la intercesión ante el rey de un etíope, siervo del rey (38:7), Jeremías no murió, y cuando la ciudad por fin cayó en manos de los babilonios, tal como Jeremías había profetizado, Dios prometió librar a aquel etíope de la muerte. Ahora, es importante notar que Dios no prometió salvar la vida del etíope para compensarle por el favor hecho al profeta. Más bien, Dios dice sencillamente que le entrega su vida por botín —el premio de los soldados victoriosos después de la batalla— porque había confiado en Dios. Esta promesa profética al etíope, siervo del rey, me recuerda otra promesa a otro etíope, funcionario de la reina. Felipe le predicó el mensaje del evangelio en el desierto y aquel etíope también puso su confianza en Dios. En ese momento, él también recibió la promesa de tener su vida como botín, pero no su vida física que sólo duraría unos años, sino una vida eterna en la presencia de su Señor.
Todos nosotros que hemos confiado en Dios para nuestra salvación sabemos que cuando acabe todas las batallas de esta vida, el Señor nos librará y nos dará la vida eterna como nuestro botín, no porque la merezcamos sino porque tuvimos confianza en Él. (David Bell)
15 NOV. 2024 · «También mandó el rey a Jerameel hijo de Hamelec, a Seraías hijo de Azriel y a Selemías hijo de Abdeel, para que prendiesen a Baruc el escribiente y al profeta Jeremías; pero Jehová los escondió» (Jeremías 36:26)
En el cuarto año del rey Joacim, un año clave en el libro de Jeremías (25:1; 36:1; 45:1), Dios pidió a Jeremías que escribiera una serie de profecías en un rollo de libro. El año siguiente cuando se proclamó un ayuno y todo el pueblo subió a Jerusalén, Jeremías mandó a Baruc, su escriba, a leer estas profecías ante el pueblo, ya que él no era bienvenido en el templo debido a sus sermones anteriores. Un tal Micaías escuchó el mensaje que leyó Baruc y lo comentó con los príncipes del templo, los cuales invitaron a Baruc a leer el rollo otra vez para ellos. Cuando escucharon el mensaje, decidieron que el rey también debería escucharlo. Pero conociendo el carácter del rey, dieron primero un consejo a Baruc: “Ve y escóndete, tú y Jeremías, y nadie sepa dónde estáis” (36:19). Efectivamente, el rey no reaccionó bien ante la Palabra de Dios. Ignorando los ruegos de sus siervos, el rey cortó el rollo en tiras y las echó al fuego. Acto seguido, mandó a sus siervos a prender a Baruc y a Jeremías. Pero no los pudieron encontrar porque Dios los había escondido. Dios sabe proteger a los suyos, tal como había prometido: “No temas delante de ellos, porque contigo estoy para librarte, dice Jehová” (1:8).
Podemos confiar en las promesas de Dios tal como lo hizo el apóstol Pablo: “Y el Señor me librará de toda obra mala, y me preservará para su reino celestial” (2 Timoteo 4:18a).
14 NOV. 2024 · «¡Oh Señor Jehová! he aquí que tú hiciste el cielo y la tierra con tu gran poder, y con tu brazo extendido, ni hay nada que sea difícil para ti;» (Jeremías 32:17)
El pobre Jeremías estaba encerrado en la cárcel injustamente por haber predicado la verdad cuando lo visitó su primo. Podría haber sido una visita de compasión, pero era una visita de negocios. El primo del profeta vino para pedir que Jeremías redimiera una heredad. Esta práctica establecida en la ley permitía que un familiar ayudara a otro miembro de la familia al comprar los derechos de labrar un campo durante unos años. Pero en este caso, ¿cuándo iba a poder labrar ese campo Jeremías? Había predicado claramente que la nación no se iba a escapar de la mano de sus enemigos y que el pueblo terminaría cautivo en Babilonia. No obstante, Dios le había dicho que lo redimiera y Jeremías obedeció. Dios tenía su propósito en aquella transacción, pero no se lo dijo claramente a Jeremías y tampoco lo ha revelado a nosotros. Lo que sí vemos es un ejemplo de fe y obediencia en la vida de Jeremías. Lo primero que hace el profeta es orar al Señor, alabando su gran poder. No hay nada que sea difícil para Dios. Hay veces que no entendemos la voluntad de Dios revelada en su Palabra. Nos puede parecer incluso imposible que haya algo de provecho de esa situación. Pero Dios nos ha dado el ejemplo de la fe de Jeremías para que lo sigamos.
Armados de fe y alabanza, seamos obedientes a la voluntad de Dios revelada en su Palabra. (David Bell)
13 NOV. 2024 · «En lo que a mí toca, he aquí estoy en vuestras manos; haced de mí como mejor y más recto os parezca.» (Jeremías 26:14)
Es impresionante ver la paz y la confianza del profeta Jeremías en medio de las dificultades. Fue enviado por Dios para denunciar el pecado de su pueblo. El clima espiritual era sumamente difícil. Los profetas falsos estaban anunciando paz y prosperidad mientras Dios hablaba de juicio y castigo. Tras anunciar el mensaje de Dios, el profeta fue detenido por los sacerdotes y los profetas falsos. Declararon su intención en la siguiente frase: De cierto morirás (8). Jeremías no tenía a nadie en estos momentos que lo protegiera y todo parecía indicar que su vida se había acabado. Pero llama la atención la paz con que Jeremías les contesta. Anima al pueblo a escuchar el mensaje de Dios y arrepentirse (13). En vez de pedir por su propia vida, les vuelve a predicar de su necesidad de volver a Dios de todo corazón. Estoy seguro que Jeremías en este momento imaginaba que estaba predicando su último sermón, pero ocurrió un milagro. “Y dijeron los príncipes y todo el pueblo a los sacerdotes y profetas: No ha incurrido este hombre en pena de muerte, porque en nombre de Jehová nuestro Dios nos ha hablado” (16). Dios usó a algunos de los príncipes y el pueblo para frenar la rebeldía y la violencia de los sacerdotes y de los profetas falso. En especial leemos de Ahicam que protegió al profeta para que no lo mataran (24).
En cualquier dificultad que experimentamos, debemos tener la misma paz y confianza que vemos en Jeremías aquí. Aunque no sepamos cómo obrará Dios, si estamos haciendo lo correcto no debemos temer lo que nos pueda hacer el hombre. (David Bell)
12 NOV. 2024 · «En sus días será salvo Judá, e Israel habitará confiado; y este será su nombre con el cual le llamarán: Jehová, justicia nuestra.» (Jeremías 23:6).
Jeremías nos da una profecía preciosa de Mesías bajo la figura del renuevo justo de David (23:5). El profeta estaba viviendo en los días más negros de la dinastía davídica, bajo reyes impíos como Joaquín o Sedequías, reyes que no tenían nada que ver con su piadoso ancestro David. A pesar del juicio inminente que venía contra los reyes de Judá, Dios todavía mantiene una promesa sobre un Renuevo que brotaría del tronco cortado, el Mesías. Le describe como un renuevo justo, pero luego nos dice que su nombre será Jehová, justicia nuestra. En primer lugar es importante notar que el Mesías es llamado Jehová, señalando su naturaleza divina. Pero en segundo lugar, debemos fijarnos en el hecho de que es justicia nuestra. No sólo es justo el Renuevo de David, sino que es la fuente de justicia para nosotros. Cristo cumple esta profecía a la perfección. Es el justo Renuevo de la familia de David que vino para salvar a un pueblo y darles una justicia que jamás podríamos haber merecido por nuestra cuenta. Como dice Filipenses 3:9: «y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe».
Si hemos conocido a Cristo por medio de la fe, Él es nuestra justicia. Andemos hoy en esta justicia para así glorificar a nuestro Salvador. (David Bell)
11 NOV. 2024 · «Mas Jehová está conmigo como poderoso gigante; por tanto, los que me persiguen tropezarán, y no prevalecerán; serán avergonzados en gran manera, porque no prosperarán; tendrán perpetua confusión que jamás será olvidada.» (Jeremías 20:11).
El profeta Jeremías no lo tenía fácil. Dios lo llamó a anunciar el mensaje divino a una generación rebelde y antagonista. Conspiraron contra él en más de una ocasión. Sufrió físicamente la ira de la rebeldía de su pueblo contra Dios. No obstante, jamás se rindió. Tenía momentos en que se quejaba a Dios de su situación, pero vemos que su confianza interrumpe su queja y brilla como el sol que disipa las nubes de la tempestad. El fundamento de la confianza del profeta era la presencia de su Dios con él como poderoso gigante. Esa es la misma confianza que le permitía al joven David a enfrentarse al gigante Goliat. Sabía que el Gigante que estaba con él era más grande que el gigante que tenía delante. Y sinceramente tiene que ser nuestra actitud también. En vez de mirar la situación que tenemos delante, debemos mirar al que está a nuestro lado y confiar en Él. Como dice el apóstol Pablo a los romanos: «¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?» (8:31) Los demás tropezarán y no prevalecerán, pero Dios prevalecerá y cumplirá su obra en nosotros para su gloria y para nuestro bien.
Pidamos hoy que el Espíritu de Dios abra nuestros ojos para contemplar al poderoso gigante que está con nosotros para que sigamos confiando en Él. (David Bell)
9 NOV. 2024 · «Fueron halladas tus palabras, y yo las comí; y tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón; porque tu nombre se invocó sobre mí, oh Jehová Dios de los ejércitos» (Jeremías 15:16).
Con estas palabras el profeta Jeremías describe su ministerio entre su pueblo. Era como encontrar una comida dulce que le llenaba. Pero cuando hablamos del ministerio del profeta vemos que sufrió muchas cosas, empezando con los insultos y llegando incluso a la persecución y odio abierto. Pero vemos que Jeremías jamás se sucumbió a la presión alrededor de él. Más bien lo que le mantenía firme era su relación con su Dios. Sabía que Dios le había llamado y jamás perdió el gozo y la alegría de la Palabra de Dios en su corazón.
¿Tienes tú este tipo de encuentro con Dios en que encuentras dulzura en su Palabra? ¡«Busca y hallarás!»
8 NOV. 2024 · «Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová.» (Jeremías 9:24)
El ser humano suele sentir orgullo por lo que creemos que son nuestros logros en la vida. Encontramos varios ejemplos en el versículo anterior. El que ha invertido en su educación suele sentir orgullo por su sabiduría. El que ha logrado desarrollar su valentía presume que su fuerza es superior a la de los que le rodean. Y la persona que gana mucho dinero igualmente se jacta de su riqueza. Pero nada de lo que muchas veces impresiona a los demás aparece en el radar de Dios. Lo que realmente tiene valor en esta vida no es ni la sabiduría, ni la valentía ni la riqueza. Dios nos anima primeramente a invertir nuestros esfuerzos en conocerlo. Y ¿cómo se ve este conocimiento? La persona que invierte sus esfuerzos en entender y conocer al Dios de misericordia, juicio y justicia empieza a reflejar estas mismas características en su vida. Es lo que Dios quiere que seamos. Quiere que reflejemos su misericordia, juicio y justicia a un mundo que está perdido. La pregunta que debemos hacernos en esta mañana es si estamos usando bien nuestra vida terrenal.
¿Estamos haciendo algo con nuestros esfuerzos diarios que realmente vale la pena? Si no estamos primeramente buscando conocer y emular a Dios, temo decir que estamos mal gastando nuestra vida. (David Bell)
7 NOV. 2024 · «los profetas profetizaron mentira, y los sacerdotes dirigían por manos de ellos; y mi pueblo así lo quiso. ¿Qué, pues, haréis cuando llegue el fin?» (Jeremías 5:31).
Dios introduce este versículo con el aviso de que es una cosa espantosa y fea hacer lo que su pueblo ha hecho (5:30). Hubo falsos profetas que anunciaban mentira. Presumían de proclamar el mensaje de Dios, pero en realidad, habían inventado su propio mensaje. Luego había líderes religiosos que se aprovechaban de los falsos profetas para aumentar su autoridad y su control sobre el pueblo. Pero realmente no hemos llegado todavía a la cosa espantosa y fea. Lo peor de todo era que el supuesto pueblo de Dios así lo quiso. Los que profesaban pertenecer a Dios preferían el mensaje de los falsos profetas y el control de los sacerdotes en vez de escuchar el mensaje verdadero de Dios y seguir su dirección. Tristemente, esa cosa espantosa y fea sigue ocurriendo hoy en día. Hay falsos maestros que anuncian mensajes de prosperidad y autoestima en el nombre de Dios, y hay muchos que así lo quieren. Prefieren un mensaje que les hace sentir bien en vez de la verdad que Dios ha revelado en su Palabra. Pero cuando venga el fin, esas mentiras ya no servirán.
El mensaje del Evangelio primero nos condena como pecadores, y por lo tanto no es popular. Pero tras esta condenación, vemos revelada la salvación en Cristo. Es el único mensaje que realmente nos puede aprovechar cuando venga el fin. El verdadero pueblo de Dios aprecia este mensaje verdadero y precioso. (David Bell)
6 NOV. 2024 · «Así dijo Jehová: ¿Qué maldad hallaron en mí vuestros padres, que se alejaron de mí, y se fueron tras la vanidad y se hicieron vanos?» (Jeremías 2:5)
Por medio del profeta Jeremías, Dios se dirigió a su pueblo rebelde para llamarles al arrepentimiento. La imagen famosa que encontramos aquí es el pecado de haber abandonado a Dios, la fuente agua viva, para cavar para sí cisternas rotas que ni pueden retener agua (2:13). Pregunta a su pueblo por qué sus antepasados se habían apartado de Él. ¿Acaso se alejaron de Dios porque les había hecho algún mal? Dios sólo hizo bondad para con su pueblo, pero el corazón de ellos se apartó tras los dioses de las naciones que les rodeaban. La frase al final del versículo es poderosa. Israel abandonó a Dios para ir en pos de la vanidad —de lo que realmente no tiene sustancia— y el resultado es que se hicieron vanos. Dios les permitió alcanzar lo que buscaban. Los ídolos que prometían darles sustancia sólo les dejaban más vacíos. Nuestra sociedad está en la misma situación hoy. Hemos abandonado a Dios, no porque nos ha fallado o nos ha hecho algún mal, sino porque hemos creído que otros dioses nos pueden saciar la sed de nuestra alma. Pero jamás podremos saciar nuestra sed en estas cisternas rotas. Nuestra única esperanza es volver al Dios que es la fuente de agua viva.
No caigamos en el error de buscar saciar nuestra sed en la vanidad que nos rodea. Sólo nos puede hacer vanos. Busquemos a Dios, el único ser en el universo que no es vanidad y por lo tanto, el único que puede saciar nuestras almas. (David Bell)
Un versículo de la Biblia junto con una meditación y una aplicación.
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Autor | David y Maribel |
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