MelP_528-2_Corintios_1_4
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Descripción
«el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos...
mostra másCuando el creyente pasa por tribulaciones, siempre cuenta con la consolación de Dios. Esa consolación consiste en la presencia y las promesas de Dios. Dios nos ha prometido que jamás nos abandonará incluso en el valle de la sombra de muerte. También promete que todas las cosas nos ayudan a bien. Pero el punto del apóstol aquí es que cuando experimentamos la consolación de Dios en nuestras tribulaciones debemos pensar en compartir esta consolación con otros. No quiere decir que seamos fuente de consolación para otros. Sinceramente no tenemos en nosotros recursos suficientes para consolar a todos en sus pruebas. Más bien la idea es dirigir a otros a la misma fuente de consolación que nos consuela, ayudarles a buscar la presencia de Dios y confiar en sus promesas. Nuestro consuelo no es la hueca consolación que ofrecen los que están sin Dios, el deseo que sea leve o que mejore la situación pronto sino debemos llevarles a la verdadera fuente de consolación para que beban y sigan bebiendo hasta saciar su sed.
¿Estás experimentando tribulación? Busca a Dios y recibe de Él el consuelo de su presencia y sus promesas. Luego busquemos pasar esta consolación a los que nos rodean. A los que no conocen a Cristo, compartamos la consolación de la salvación. Y para los que han puesto su fe en Él, animémoslos a seguir confiando y recibir fuerza y consuelo en la prueba. (David Bell)
Información
Autor | David y Maribel |
Organización | David y Maribel |
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