MelP_596-Eclesiastes_2_24
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Descripción
«No hay cosa mejor para el hombre sino que coma y beba, y que su alma se alegre en su trabajo. También he visto que esto es de la mano...
mostra másEl rey sabio, en los primeros dos capítulos de Eclesiastés, expone la vanidad de la vida debajo del sol. No logramos controlar nuestro mundo (1a), nada en este mundo realmente sacia nuestro ser (1b-2a) y esta corta vida que tenemos de repente se termina y la muerte borra todo lo que habremos logrado hacer (2b). La vanidad de la vida, tal como lo ha expuesto aquí, podría llevarnos a la depresión (2:17-20), pero Salomón tiene otro propósito en mente. Su perspectiva cambia porque entiende que lo mejor que podemos hacer en esta vida de vanidad es reconocer que todo lo que tenemos viene como un regalo de la mano de Dios (ver 3:13 y 5:19; cf. Santiago 1:17). Nos anima a comer y beber y alegrarnos en nuestro trabajo. El apóstol Pablo usa el mismo lenguaje en su instrucción a los Corintios: «Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios» (1 Corintios 10:31). Debemos aprender a ver que incluso las cosas necesarias en la vida, los pequeños placeres diarios, son regalos que Dios nos da. En Romanos 8, el apóstol nos dice que Dios sujetó este mundo a vanidad no para deprimir sino para producir esperanza. El mayor peligro para pecadores como nosotros es enfocarnos en los regalos tanto que damos la espalda al que nos los dio. La vanidad que nos rodea debe ser un recordatorio constante de Dios, el único fundamento sólido en un mundo de vanidad.
En las pequeñas cosas de la vida hoy, paremos para reconocer la mano de Dios y así darle la gloria que Él merece. (David Bell)
Información
Autor | David y Maribel |
Organización | David y Maribel |
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