MelP_614-Jeremias_32_17
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Descripción
«¡Oh Señor Jehová! he aquí que tú hiciste el cielo y la tierra con tu gran poder, y con tu brazo extendido, ni hay nada que sea difícil para ti;»...
mostra másEl pobre Jeremías estaba encerrado en la cárcel injustamente por haber predicado la verdad cuando lo visitó su primo. Podría haber sido una visita de compasión, pero era una visita de negocios. El primo del profeta vino para pedir que Jeremías redimiera una heredad. Esta práctica establecida en la ley permitía que un familiar ayudara a otro miembro de la familia al comprar los derechos de labrar un campo durante unos años. Pero en este caso, ¿cuándo iba a poder labrar ese campo Jeremías? Había predicado claramente que la nación no se iba a escapar de la mano de sus enemigos y que el pueblo terminaría cautivo en Babilonia. No obstante, Dios le había dicho que lo redimiera y Jeremías obedeció. Dios tenía su propósito en aquella transacción, pero no se lo dijo claramente a Jeremías y tampoco lo ha revelado a nosotros. Lo que sí vemos es un ejemplo de fe y obediencia en la vida de Jeremías. Lo primero que hace el profeta es orar al Señor, alabando su gran poder. No hay nada que sea difícil para Dios. Hay veces que no entendemos la voluntad de Dios revelada en su Palabra. Nos puede parecer incluso imposible que haya algo de provecho de esa situación. Pero Dios nos ha dado el ejemplo de la fe de Jeremías para que lo sigamos.
Armados de fe y alabanza, seamos obedientes a la voluntad de Dios revelada en su Palabra. (David Bell)
Información
Autor | David y Maribel |
Organización | David y Maribel |
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