RG-10 Las obras de la carne
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Descripción
Las obras de la carne “Así que, hermanos, deudores somos, no a la carne, para que vivamos conforme a la carne; porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas...
mostra más“Así que, hermanos, deudores somos, no a la carne, para que vivamos conforme a la carne; porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis. Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, estos son hijos de Dios.”
Romanos 8:12-14 nos recuerda que los que viven conforme a la carne van por camino de muerte mas los que hacen morir las obras de la carne, obtendrán vida.
Esto parece extraño en la sociedad en la que vivimos, donde se nos anima a buscar siempre nuestro propio bien: ¡Hazlo tu manera! ¡Sigue tu corazón! ¡Tú lo vales! ¡Tu felicidad es lo que importa! ¡Hay que vivir! ¡Tengo que mirar por mí!
¿Has escuchado alguna de estas frases? Lo que se valora es buscar nuestro propio bien, mirar por nosotros mismos y disfrutar el momento.
Mas Dios dice en Su Palabra, “Haz morir las obras de la carne y vivirás” Jesús dijo: “todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará.” (Lucas 9:24) Es una paradoja. Cuando vivimos para Dios, Él mira por nuestro bien.
“Porque los que son guiados por el Espíritu de Dios, estos son hijos de Dios.”
Si eres una hija de Dios, las obras de la carne no tienen cabida en tu andar diario. Pablo dice en Romanos que por el Espíritu Santo, podemos hacer morir las obras de la carne”
Y en Gálatas 5:16-18 vemos cómo hacerlo: Dice “Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne.” Cuando cortamos el suministro a la carne, esta se debilita y muere. Del mismo modo puede ocurrir al revés si descuidamos el Espíritu. Si tienes descuidado el Espíritu, examina tu corazón, porque, dice Dios, que el que no vive en el Espíritu no es su hijo. ¿Has nacido tú de nuevo?
Nos dice en Gálatas: “ el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y estos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley.”
Pablo quiere decir, como leemos en Romanos 6, que una vez en Cristo, ya no somos esclavas del pecado. Ahora somos libres para no servir esos deseos carnales. ¿Y cuáles son las obras de la carne?
En Gálatas 5 encontramos una lista que no es exclusiva ni exhaustiva. Hay sin duda muchas otras manifestaciones de la carne, pero aquí vemos unas cuantas:
“manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia; hasta aquí puede que digas: estoy bien, no estoy metida en prácticas inmorales.
Bien, sigue Pablo: “idolatría, hechicerías” Esto es, depender de otra cosa que no sea Dios. Buscar la felicidad en otro lugar, de otro modo, a tu manera, sin Dios.
Continúa con la lista: “enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios.” Ah, homicidios no, dices, pero recuerda lo que dijo Cristo, que si insultas a tu prójimo, despreciándolo en tu corazón, ya eres culpable de homicidio. Que Dios nos ayude con nuestra relaciones y las actitudes que permitimos hacia otros.
Y Pablo concluye con “borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.” Ya lo había dicho antes. Los excesos, la inmoralidad, la falta de amor por Dios y el prójimo, la falta de la presencia del Espíritu Santo en el corazón son las obras de la carne que no nos permiten tener comunión con el Padre.
Examínate ¿encuentras evidencias de las obras de la carne en tu vida? Clama a Dios, asegúrate que de verdad eres su hija. Y si tienes ya el Espíritu, no alimentes la carne. Corta el suministro. Deja que por el poder del Espíritu de Dios que mora en ti vayan muriendo las obras de la carne.
Información
Autor | David y Maribel |
Organización | David y Maribel |
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